Dos temas esta semana dan cuenta, una vez más, de la necesidad de una adecuada planificación cuando de comunicar información sensible se trata.

El primero es lo que solo puede describirse como una secuencia descontrolada de autodestrucción: el PAC. El domingo pasado se celebró la convención interna y hoy, 8 días después, no hay resultados oficiales. La novela desde el cierre de las urnas ha sido más que acongojante, penosa y el manejo de la crisis por parte del partido una vez más probó estar a la altura de la ya tradicional dinámica partidaria: improvisación, desorden y conjoga.

Los comunicados oficiales han fallado hasta en lo elemental: dar cierto grado de certeza, transmitir confianza y dar la impresión de que se tiene cierto grado de control sobre los acontecimientos. Por el contrario, han puesto de manifiesto que a lo interno, claramente, lo que se ha registrado desde que inició el conteo de votos es un desorden propio de un gallinero. Tan es así que ya se han anunciado distintas...