Por José Andrés Alonso Oviedo – Estudiante de la carrera de Ingeniería Informática
Los sistemas de gestión de contenido o, por sus siglas en inglés, CMS (Content Management Systems) son plataformas con herramientas que permiten crear, modificar y manejar un sitio web. Estas disponen de una interfaz amigable con el usuario donde no existe la necesidad de entender sobre programación o tener conocimiento técnico especializado para lograr crear una página web (Dilkin, 2021). Además, ahorran todo el tiempo que le toma a un programador un sitio web empezado desde cero, incentivando al usuario a enfocarse en los puntos más complejos de su sitio. Una vez que se sabe el funcionamiento de un CMS da la impresión de una herramienta utópica. “Utópica” es un término derivado de la palabra “utopía”, que se relaciona con un plan, proyecto, doctrina o sistema deseable que parece de muy difícil realización; por lo que alega al idealismo de algo perfecto. Sin embargo, ninguna plataforma es perfecta, por tanto, ¿qué ventajas traen los CMS en comparación al desarrollo web técnico por lenguajes de programación?
Los sitios web varían mucho en funcionalidad, diseño y propósito, por ende, es muy complejo dar un dato asertivo acerca del tiempo que demora crear uno. Sin embargo, cabe recalcar que un programador puede durar de semanas o meses montando y diseñando un sitio web. Mientras que un CMS puede lograr esto en horas o días, pues su ventaja es que, al crear un sitio web en un CMS, este ya provee una estructura base para empezar. Luego, incluye temas a elegir con características presentes en los diseños más comunes que se ven en la internet a no más de un clic de complejidad. Del mismo modo, toda la parte de diseño puede ser manipulada de manera simple con un arrastra y suelta, moldeando la página a gusto del usuario; mientras que a un programador le tomaría muchas líneas de código lograr el mismo resultado.
No solo el diseño es más sencillo, sino también el manejo de datos proveniente de una base de datos; posiblemente da la expectativa de complejidad el simple hecho de la palabra “base de datos”, pero la realidad que dan los CMS es otra. Dentro de la plataforma, los datos son mostrados inmediatamente de manera visible, sin costo o complejidad alguna, esto gracias a las funcionalidades que dispone la plataforma. De tal manera que el siguiente paso es referenciar esos datos o relacionarlos con su respectivo elemento gráfico con el fin de que puedan ser mostrados al cliente en la página que se está diseñando. En comparación con un programador este requiere de conocimiento en la parte de “back-end”; referente a la conexión de servidor con base de datos y finalmente la relación con la parte grafica.
En consecuencia, el tiempo se ve afectado y el requerimiento para lograr el mismo objetivo es mucho mayor que haciendo uso de un CMS.
A pesar de la facilidad en diseño, manejo de contenido y tiempo ahorrado, un CMS dispone de una curva de aprendizaje que varía dependiendo de cuál se vaya a usar. Por lo tanto, no siempre se puede ser un usuario con conocimiento nulo en la herramienta. Además, existen limitaciones en diseño y funcionalidad; la intervención de un desarrollador va a ser necesaria, pues no hay completo control en el desarrollo en CMS debido a que las herramientas y elementos gráficos son predeterminados y los requerimientos del usuario pueden ser diferentes de lo usual (Grupta, 2018).
En resumen, un CMS posee la ventaja de un desarrollo más rápido sin la necesidad de conocimiento técnico previo, pues utiliza herramientas de uso común dentro del nicho de diseño web, donde el usuario creador no tiene que preocuparse por diseñarlas desde cero. Finalmente, es muy eficiente en su comunicación con el servidor de base de datos y de manera sencilla el usuario puede utilizar estos datos.
