El presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, acusó a los diputados de estar atrasando "deliberadamente" el avance de la agenda de implementación del acuerdo entre Costa Rica y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En declaraciones a la prensa tras la inauguración y visita al Jardín de Niños Juan XXII, en San Antonio de Escazú, el mandatario insistió en la propuesta del Ejecutivo de que se conforme una comisión especial encargada de dictaminar los proyectos de ley que integran la agenda con el Fondo.
Yo no creo que sea válida una justificación de que es "gastar recursos". Estamos hablando del tema principal del país, ¿para eso no vamos a dedicar tiempo? No es una justificación de peso. La propia presidenta del Congreso ha propuesto la comisión y ha pedido acompañamiento, nosotros hemos estado absolutamente anuentes. Los diputados tienen la agenda repartida en varias comisiones y creo que están dilatándolo deliberadamente. Uno lo ve: posponen el conocimiento, no mandan las consultas, no traen a los comparecientes, están pateando la bola, no quieren entrarle a esto, pero hay que entrarle y por eso creo que hay que crear la comisión especial.
Diputados de oposición han criticado al Ejecutivo por proponer esa comisión y no aprovechar el periodo de sesiones extraordinarias de ocho meses; sin embargo, el presidente destacó que en ese periodo avanzó tanto el crédito con el Fondo, como la Ley de Empleo Público, y que sin esa priorización, ninguno de los dos proyectos habría avanzado.
"No es que sea carbon[ero], es que es un problema central del país; también lo he dicho, yo podría no ponerle energía al tema, ver para otro lado, pero el problema va a seguir ahí mañana y dentro de nueve meses, y ya no será de esta Administración, pero del país sí. El llamado es que resolvamos, espero que una mayoría se manifieste por resolver los problemas, no por ver a otro lado, y no privilegiar cosas populares o populistas que no resuelven los problemas, sino que los agravan", agregó.
Alvarado afirmó que a los costarricenses "hay que hablarles con claridad", y una claridad al punto de que cualquiera que proponga un plan para los próximos cuatro años (haciendo referencia a las venideras elecciones), debe decir cómo lo va a financiar, con el estado actual de las finanzas públicas y las restricciones al gasto impuestas por la regla fiscal.