Los impuestos a conductas que traen afectaciones a la salud, y que generan un costo a la sociedad, como fumar tabaco, son utilizados para persuadir a las personas de iniciar o continuar fumando. Sin embargo, seguir una misma lógica impositiva a productos de vapeo o tabaco calentado, es ignorar el desarrollo e investigación de 20 años y de más de 10 mil estudios científicos que demuestran que estos productos son una mejor alternativa en comparación con seguir fumando.

El proyecto 21.658 (Ley de Regulación de los Vapeadores y Cigarrillos Electrónicos y Creación de un Impuesto con Destino Específico), que se discute actualmente en la Asamblea Legislativa, obstaculiza a las personas que fuman, la posibilidad de cambiar a un método que disminuye su riesgo en al menos 95%, y que además es la forma más efectiva para dejar el cigarro tradicional de combustión.

El desproporcionado proyecto de ley impulsado por el diputado Luis Aiza Campos (PLN), busca incluir un impuesto a dispositivos, líquidos para vaporizadores con y sin nicotina, y accesorios para su uso (incluyendo hasta baterías), el cual al principio era de ₡1000, luego paso a ser de 40% y ahora parece existir un consenso para establecerlo en 20% del precio, aunque la votación sigue en debate.

El Estado ahorra entre un 20% hasta un 85%, cuando se disminuyen los gastos por costes médicos que conlleva el cambio de cigarrillos tradicionales al uso de cigarros electrónicos. Además, según otro estudio realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, el costo directo anual de atención de enfermedades relacionadas al tabaquismo en Costa Rica ronda los ₡167 mil millones … entonces ¿preferimos crear un impuesto, que ahorrarnos de entre ₡33 mil a ₡141 mil millones anualmente?

Según el proponente, los fondos recaudados por el impuesto serán para que la Caja afronte los grandes costos médicos atribuidos a la práctica del uso de cigarros electrónicos; sin embargo, en casi dos décadas de su uso por parte de 68 millones de personas alrededor del mundo, no se han detectado padecimientos graves que validen este argumento y, por el contrario, se han constatado reiteradamente sus beneficios de salud en comparación con el cigarrillo tradicional.

Como argumento, la propuesta de ley cita lo sucedido en Estados Unidos en el 2019, donde personas se vieron afectadas pulmonarmente por el uso de THC (componente activo del cannabis) diluido en Acetato de Tocoferol (Vitamina E), que fue adquirido en el mercado negro, es decir de forma ilegal. Basar el impuesto en este tipo de argumentos, que es referente a un producto distinto, es como que en Estados Unidos se introdujera un impuesto adicional a las bebidas gaseosas, porque en Costa Rica personas se vieron afectadas en su salud por consumir bebidas alcohólicas de contrabando adulteradas con metanol.

¿Qué pasa en el mundo con el uso de cigarros electrónicos?

En la actualidad, más de 60 entidades de alto prestigio mundial han declarado que el uso de cigarros electrónicos es vastamente menos nocivo que el fumado de cigarrillos tradicionales y además que es el método más efectivo para dejar de fumar.

Por ejemplo, el Colegio Real de Médicos, afirma, refiriéndose a los riesgos de los cigarros electrónicos, que: “es poco probable que superen el 5% de los asociados a los productos del tabaco fumado, y pueden ser sustancialmente inferiores a esta cifra…”.

Por su parte, el Instituto de Salud Pública Inglaterra, menciona que: “Nuestra nueva revisión refuerza el hallazgo de que la fracción del riesgo que representa vapear en comparación con fumar, es al menos un 95% menos dañino, y un riesgo insignificante para los espectadores”.

Posiciones más innovadoras, que apoyan la reducción de daños por tabaquismo por su beneficio a la salud pública como las de Ministerios de Salud de algunos países como: Nueva Zelanda, Canadá, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, son clara muestra de la necesidad de mantener los productos alternativos al cigarrillo tradicional accesibles para las personas que fumen.

¡No a más impuestos sin sentido!

Más impuestos no es la solución; máxime cuando no poseen sustento científico. Es inconcebible aplicar altos impuestos a los líquidos de vapeo de nicotina, y más aún, pretender imponer impuestos a dispositivos electrónicos y baterías para su uso, resulta simplemente inaudito.

Si las y los diputados y la CCSS quieren impactar positivamente la salud de las personas que fuman en Costa Rica, lo que se debería estar discutiendo en la Asamblea Legislativa es cómo replicar el ejemplo de países líderes en salud y cesación tabáquica como es el caso del Reino Unido, Francia o Nueva Zelanda.

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