Es una realidad que el precio del combustible en Costa Rica es demasiado alto. También es innegable que el país cuenta con un sistema altamente eficiente de suministro de este producto. Solo de una de estas dos afirmaciones la culpa se le puede atribuir a Recope, y para el asombro de muchos se trata de la segunda. La realidad es que el porcentaje del precio del combustible que va a las arcas de Recope es de apenas un 7%, aproximadamente. Entonces, ¿por qué es que pagamos una cifra tan abismal? La respuesta es simple pero compleja: se debe al infame impuesto único sobre el combustible. ¡Representa aproximadamente un 35% del precio total! Este impuesto, además de ser muy alto, representa una modalidad altamente regresiva. Esto quiere decir que, como el impuesto se aplica de la misma manera a todas las personas, quienes tienen menos pagan más, porcentualmente según sus ingresos. No es lo mismo pagar 10 mil colones para un trabajador de construcción que para los dueños de MECO.

Ahora resolvamos algunas preguntas: ¿Qué carajos hace Recope? A diferencia de lo que muchas personas piensan, Recope no es una refinadora. Recope es una empresa estatal que se encarga de suministrar al país entero de combustible. Esto quiere decir: todo ese proceso complicado que es necesario para que cada lugar del país tenga gasolina. Además de mantener reservas en casos de que la cadena de producción mundial se detenga. ¿Por qué Recope no refina? Porque es más caro y mucho menos eficiente para un país como el nuestro, que no produce ni petróleo ni los otros recursos que se necesitan para refinar. ¿Qué pasaría si se eliminara Recope? Primero que nada, como definimos anteriormente, el precio no cambiaría, porque el mayor porcentaje del precio del combustible va a pagar el impuesto único, y eso no se modificaría esté o no Recope. Pero, además, el rol que cumple Recope va a tener que ser realizado por alguien más, el combustible no se va a mover solo. Este rol pasaría a alguna empresa privada, la cual de nuevo tendría que pagar el impuesto único, pero adicionalmente buscarían lucrar (porque así funcionan las empresas privadas que tienen que producir ganancias para sus inversores) con lo que ahora hace Recope sin fines de lucro (las empresas públicas no reparten dividendos, pagan salarios y —deberían– buscar mejorar su funcionamiento, mientras intentan mantener el precio más bajo posible). Al buscar incrementar su ganancia muy probablemente incrementaría el 7% que recibe Recope hoy en día. Una empresa entonces no solo haría lo que ya hace Recope de manera objetivamente bien, sino que lo haría para ganar dinero. Para esto no hay que ir muy lejos; el porcentaje que se dejan las gasolineras es en promedio el 8% del precio del combustible, si exactamente las gasolineras se dejan más porcentaje que Recope.  ¡En fin, pagaríamos más!

El impuesto único empobrece a la población, pero, además, el Conavi se deja una cuarta parte de lo recaudado por este nefasto impuesto, y solo la mitad pasa a la Caja Única del Estado. El enojo a los incrementos del precio del combustible tiene lugar, pero debemos enfocar nuestro enojo en la causa del precio. Si seguimos culpando a Recope nunca vamos a resolver el problema de fondo: una tercera parte de lo que pagamos por el combustible es el impuesto único. Alcemos la voz en contra de este impuesto, no dejemos que se utilice este dinero además para pagar instituciones como el Conavi que han servido para permitir robos millonarios al país. La mayor parte de la corrupción que ha demostrado el Caso Cochinilla se dio gracias al Conavi. ¡Detengamos ya este robo!

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