El presidente de Perú, Pedro Castillo, ha tomado este miércoles posesión de su cargo recalcando uno de los objetivos que se marcó durante la campaña electoral, lograr una nueva Constitución para el país, aunque, remarca, su gobierno lo hará "siempre en el marco de la ley y con los instrumentos" que la actual proporciona.

"Una de nuestras principales banderas políticas, convertida ahora en una bandera de la mayoría del pueblo, es la convocatoria de una asamblea constituyente, que dote a nuestra patria de una nueva Carta Magna que permita cambiar el rostro a nuestra realidad económica y social", ha expresado.

"Tengan la seguridad que nunca se hará tabla rasa de la legalidad. Sin duda, para lograr este propósito, tendremos que conciliar posiciones con el Congreso, pues será aquí, en esta casa de las leyes, donde se tendrán que aprobar las normas correspondientes", ha dicho durante su discurso ante la cámara.

Antes, Castillo ha comenzado su intervención en el Congreso recordando a las víctimas del coronavirus y a todos aquellos que trabajaron en primera línea durante los meses más difíciles de la pandemia, y haciendo referencia a sus orígenes humildes, pues es "la primera vez que Perú será gobernado por un campesino.

"Nos toca gobernar en un momento de gravedad en Perú", ha reconocido el nuevo flamante inquilino de Casa Pizarro, para quien la salud física y mental "será prioridad" durante su gobierno. "Ninguna familia peruana se quedará sin cobertura médica", ha avanzado Castillo, quien promete acabar con el centralismo en materia de salud y construir hospitales especializados en cada región.

El nuevo presidente de Perú también ha lamentado la campaña de desinformación y del miedo que se ha estado lanzado en contra de su candidatura, con la que se pretendía hacer creer a la población que con él al frente del país se expropiarían casas, propiedades y automóviles. "Eso es totalmente falso. No haremos eso".

Castillo ha defendido que la riqueza debe distribuirse de manera equitativa entre todos los peruanos y ha enfatizado que "la propiedad adquirida con el esfuerzo y en el marco de la legalidad está garantizada", pero lo que sí debe cambiar, ha dicho, son los abusos generados por los monopolios, "como ha sucedido con el gas doméstico y las medicinas".

LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

El nuevo mandatario también ha tenido palabras para el mediático caso de Lava Jato, una trama de corrupción que si bien ha tejido sus redes por todo el continente, es en Perú donde mayor espacio ha encontrado para pervertir a la clase política, con tres de sus antiguos presidentes implicados.

"Tenemos que desterrar la corrupción, sancionar con dureza a todos aquellos que estén implicados". En el caso de Lava Jato, cuenta, si bien hay hasta tres presidentes relacionados, "no hay empresarios detenidos, algunos incluso han salido fuera del país, esto no es correcto".

En materia de empleo, Castillo ha prometido fortalecer las políticas públicas que generan puestos de trabajos, con inversiones millonarias para la modificación y rehabilitación de infraestructuras, o bonos de hasta 700 soles (150 euros) para las familias vulnerables, en especial aquellas que han sido más golpeadas por la crisis económica provocada por la pandemia.

Para "evitar que la falta de equidad siga creciendo", el presidente peruano ha avanzado que el sistema de educación público será puesto "en estado de emergencia" y propondrá duplicar el presupuesto para en esta materia, recompensando la labor de los docentes, en especial la de aquellos que se desempeñan en los sectores rurales, así como facilitando el libre ingreso a las universidades.

Además, ha prometido fortalecer los servicios públicos que velan por la seguridad de las mujeres que sufren violencia machista, promover la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, así como políticas más respetuosas con el medioambiente. A su vez, defiende una reestructuración de la cartera de Cultura, promoviendo y desarrollando la pluralidad cultural y lingüística del país.