Por Kimberly Hung - Estudiante de Mercadeo y Medios Digitales

Los famosos “influencers” son aquellas personas conocidas como creadores de contenido por medio de las redes digitales, como Youtube, Instagram, Facebook, entre otros. Probablemente te preguntarás, ¿es esto realmente un trabajo? La respuesta es simple: sí. Con el pasar de los años, estos influencers han adquirido una fuerza colosal por medio de las plataformas de hoy en día, plataformas a las que cualquier persona tiene acceso. De esta forma, los creadores de contenido logran influenciar a todos los consumidores de estas aplicaciones, pero, sobre todo, a los más jóvenes. Se hicieron famosos de un pronto a otro porque adquirían credibilidad e influenciaban a una comunidad muy grande que interesaba a las marcas.

Una industria controlada en su mayoría por influencers de edades muy jóvenes provoca que muchos niños se vean en la necesidad de ser como los mismos. El tipo de contenido que crean, en su parte, no siempre es realmente provechoso o valioso para el conocimiento de la audiencia. Sin embargo, aún vemos miles de millones de personas que siguen e imitan este tipo de comportamiento, debido a que cuando una tendencia ya fue establecida vemos una multitud de jóvenes queriendo encajar en ella. Todo esto no solo lleva a controlar tendencias, sino a todo a lo que en las redes sociales tengan acceso, como la cultura, economía y psicología de una sociedad.

Te preguntarás cómo es posible que una comunidad de influencers tenga tanto poder sobre la sociedad. Pues bien, no existe una respuesta concreta a esta pregunta, ya que somos nosotros los que decidimos ver y seguir a dichos creadores de contenido, ellos logran moldear nuestra cultura, psicología y economía. Aunque no nos demos cuenta de ello, la mayoría de las cosas que realizamos fueron previamente influenciadas por uno de estos creadores de contenido. Por ejemplo, ya forma parte de nuestra cultura tomarle una foto a nuestra comida y subirla a las redes sociales antes de siquiera haber probado bocado. ¿Por qué? Porque, sin darnos cuenta, estamos mediatizados a repetir las mismas acciones que los influencers documentan a diario.

Por otra parte, no todos logramos ver el lado oscuro de esta industria. Cegados por la perfecta vida que estos influencers parecen proyectar, caemos en la tentación de tener esas vidas “perfectas.” Desgraciadamente, no todo lo que comparten estas personas es para el bien de sus espectadores. En su mayoría comparten contenido que puede influenciar negativamente la perspectiva de los más jóvenes. Por ejemplo, al mostrar sus “perfectos e ideales” cuerpos y decir que lo lograron gracias al consumo de cierto producto, los jóvenes más ingenuos corren a adquirir dicho producto. Lo que no vemos es que algunas de estas generaciones de jóvenes harán lo que sea para conseguir ese cuerpo “perfecto” establecido por la sociedad de influencers.

Considero que esta industria de las redes sociales debe ser desentrañada con más precaución. A pesar de ser un privilegio poder contar con estos medios para expresarse libremente, también se deben establecer límites a lo que muchos de los emprendedores suben a las redes. Si se toma en cuenta que sus acciones serán reproducidas por miles de personas, es importante pensar en dar el ejemplo y no dejarse llevar por la fama y el dinero, sino aprovechar estas plataformas para crear un bien común a la comunidad. Influenciar debería ser una tarea positiva, tanto en la cultura como en la psicología de los demás para, de esta manera, contribuir a una sociedad más sana.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.