No es casualidad que celebremos los 80 años de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz junto al bicentenario de nuestra democracia. No es casualidad que ese modelo de Estado tenga como principios el Bien Común y el mandato de las y los legisladores al crear esta empresa el 8 de abril de 1941 se fundamente en el modelo eléctrico solidario.
La osadía visionaria de Manuel Víctor Dengo y Luis Batres, amparada por el presidente Próspero Fernández cambiarían para siempre aquella apacible Costa Rica. San José fue la tercera ciudad iluminada en el mundo.
Los albores de la electrificación del país no fueron fáciles, pues los intereses de transnacionales detuvieron el desarrollo que presentaba el país entre la segunda y cuarta década del siglo XX.
Gracias a las luchas de ilustres hombres y mujeres agrupados en la Liga Cívica y el apoyo del gobierno de Calderón Guardia primero y la administración Figueres Ferrer después, nació la Compañía Nacional de Fuerza y Luz.
Una empresa estatal que abrigó los principios de acceso universal y soberanía eléctrica por la que lucharon costarricenses de gran valía. Siendo consciente de la urgente necesidad de ampliación de la cobertura y mejoramiento de la infraestructura de la época, asumió y cumplió con responsabilidad el reto. Así como, la inmediata transformación de las empresas de capital privado en una empresa garante del modelo solidario.
Hoy atendemos el 33% de los hogares en vulnerabilidad social de Costa Rica, dándoles acceso a este servicio que ha sido considerado por Naciones Unidas como un derecho humano contenido en los objetivos de desarrollo sostenible.
Pero también brindamos un servicio de calidad a la salud de nuestro país atendiendo a los hospitales de primer orden ubicados en nuestra área servida, el conglomerado de empresas más significativo cercano al 70%, zonas francas, y el sector comercio. Todos ellos requieren calidad y continuidad del servicio para poder competir y garantizar el desarrollo, bienestar a quienes habitan este país.
Esta es una empresa pionera en electro movilidad, en redes subterráneas que superan la treintena de manzanas en la ciudad capital. Así como en el trabajo experto en líneas energizadas con el objetivo de garantizar la continuidad del servicio.
La Compañía conjuga sin duda alguna el factor humano con el poder de la tecnología. Nuestra gestión social pone especial atención a los más vulnerables.
Estamos construyendo para el futuro y atendemos los nuevos desafíos poniéndonos en sintonía con los requerimientos de nuestros clientes. Hemos avanzado en la Digitalización de las Operaciones en la Red Distribución, la intervención de la tecnología en la geolocalización de los componentes de nuestra red se une a otros sistemas permitiendo la detección y atención oportuna de averías; este modelo nos ubica sustancialmente delante de muchas empresas del sector eléctrico en la región.
También invertimos en la digitalización de canales de atención al cliente, que permiten la autogestión, simplificación y agilización de los servicios. Contamos con la primera sucursal inteligente del país, que permite un crecimiento significativo en la información y servicios que el cliente puede tener. Estudios de consumo, energía prepaga, facturación remota, entre otros.
La automatización de plantas de generación permite optimizar la entrega de energía al Sistema Eléctrico Nacional, haciéndola más eficiente en ese recurso fundamental para el desarrollo del país.
Esta es una empresa que crece y se robustece para enfrentar los retos del futuro. Apoyados en el grupo ICE, creando sinergias, hemos logrado una fuerte contención del gasto, la generación de nuevos ingresos, la operación de la reestructuración organizacional y la implementación de evaluación del desempeño para la gerencia, directores y jefaturas de unidad.
Así como la simplificación de trámites; siendo elementos esenciales que continuarán coadyuvando a la CNFL para que sea cada vez más fuerte, solidaria y comprometida con el servicio al cliente.
Las nuevas condiciones del mercado eléctrico exigen la continua búsqueda de la eficiencia empresarial, la optimización de los costos, el incremento de la productividad y la rendición de cuentas, como mecanismo de transparencia en la gestión.
Cada uno de los trabajadores y trabajadoras son los nuevos forjadores de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz. Nos corresponde ponerla a tono con los nuevos desafíos. Debemos tomar de la historia los aciertos, levantar la mirada a las tendencias del mundo y construir con nuestras experiencias, la empresa que requiere la nación para continuar por la senda del desarrollo.
Tenemos muy claro ese compromiso. No olvidaremos cual fue el motivo de nuestro origen, la tarea encomendada la hemos cumplido; pero hoy estamos llamados a la transformación oportuna para atender eficientemente los nuevos retos como lo señala la letra de nuestro himno “Somos las turbinas que jamás se detendrán generando desarrollo en constante evolución” …
Más allá de una celebración para apagar velas esta debe ser para iluminar esperanzas.
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