Ya sabemos que el tiempo vuela. Aún así, pareciera que fue ayer cuando conversaba con mi amiga Sandra Fernández, y ella me contaba que no estaba feliz en su trabajo. Quería algo distinto, y tenía una idea dándole vueltas en la cabeza… pero no se atrevía a dar el salto. A salir su “incómoda zona de confort” y dejar el refugio de un salario para lanzarse como emprendedora, sin garantías.

Finalmente, Sandra se atrevió, y lo que siguió no fue ni una trayectoria directa al éxito, ni un lecho de rosas. De ese proceso es de lo que quise conversar con ella en el episodio del podcast De Tripas Corazón, de esta semana.

El valor de tu trabajo

Sandra es española, y España aún no termina de levantarse del cataclismo económico provocado por la burbuja inmobiliaria. En el 2015, cuando Sandra se preparaba para dar el salto, ese país parecía estar sumido en una especie de trauma colectivo que declaraba que el dejar un trabajo con sueldo fijo, sin importar lo que fuera, era una locura. “Esa fue la decisión más dura”, me dijo, porque dejar el malo conocido para avanzar hacia el bueno por conocer, requiere muchísima valentía.

La empresa de Sandra trae consigo una incertidumbre extra, por encima de la que cualquier emprendedora sabe que va a enfrentar. Ella fundó Free Tour Compostela, un servicio de guías turísticos en Santiago de Compostela, España. El modelo de negocios se basa en que el tour es gratis, el cliente paga al final del encuentro lo que considere que el servicio ha valido. ¡Vulnerabilidad absoluta!

Y ese modelo de tours gratuitos, vino además a derrumbar la dinámica establecida por el sector turismo de Santiago de Compostela. Como todo cambio, generó resistencia. Sandra de pronto se vio acosada e insultada en la calle por otros guías, aún enfrente de sus clientes. Múltiples inspecciones sorpresa de parte de las autoridades de turismo de la ciudad, tras denuncias presentadas por su competencia. Como si fuera poco, Sandra tuvo que escalar el Everest burocrático que impone ese país a quien ose atreverse a trabajar de forma autónoma. Para ser guía de turismo, Sandra debía obtener una acreditación, el problema era que los medios para obtenerla no existían en ese momento.

Es tu bebé

Nada de esto detuvo a mi amiga. Hubo mañanas en las que no quería levantarse para ir a enfrentar los mismos sinsabores de siempre, pero de alguna forma siempre encontró una nueva dosis de resiliencia, y una solución para el nuevo problema. “Es que es tu bebé, donde no había nada, yo creé algo”, me compartió “¿por qué voy a dejarlo ir?”.

Sandra aprendió que desde adentro de los problemas es prácticamente imposible tener perspectiva. Para eso hay que echar mano de nuestro grupo de apoyo, de las personas que nos sostienen y nos recuerdan que sí hay luz al final del túnel. “Tu sistema de apoyo te hace ver la perspectiva, porque si nos ponemos de pensar, a final de cuentas siempre hay una solución”. Y Sandra va más allá: “Fallar duele, claro que sí. Pero también le viene bien al ego.”

Hoy día, y aún atravesando una pandemia que destruyó el sector turismo en un país que depende en gran medida de este, Free Tour Compostela avanza y se sostiene. Sandra tiene claras las lecciones aprendidas. “Si luchas talvez no siempre alcanzas lo que quieres, pero tu vida sí va a ser mejor”, reflexionó, “Si crees en algo y realmente lo quieres, te toca lucharlo”.

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