En el transcurso de los últimos 10 años, los cipreses y eucaliptos del Parque Metropolitano La Sabana fueron reemplazados por especies autóctonas de nuestro país como urucas, roble sabana, cortés amarillo, casco de venado e higuerón, entre otros.

En esta rearborización colaboraron personas privadas de libertad gracias a un convenio marco de cooperación firmado entre el Ministerio de Justicia y Paz e ICODER , el cual esta cartera brindó los servicios de desarrollo de los árboles en la fase de viveros, así como la producción de espacios sociales, con la madera proveniente del proceso de sustitución.

El convenio es parte del proyecto “Una Nueva Sabana”, una alianza público-privada que llevaron el banco Scotiabank y el ICODER.

Precisamente hoy, 15 de junio, en conmemoración del Día Nacional del Árbol, se llevó a cabo el cierre simbólico de esta iniciativa, que logró recuperar la seguridad y funcionalidad ecológica de este espacio en la capital. 

Según señaló la ministra de Justicia y Paz, Fiorella Salazar Rojas:

Nos llena de mucho orgullo haber participado en este importante proyecto. No solo por todo lo que significa para la revalorización ecológica de La Sabana, sino también porque es una evidencia de que estas alianzas pueden abrir oportunidades de inserción social para las personas privadas de libertad y generar espacios en los que se demuestra la capacidad productiva de esta población”.

Por su parte, Jorge Barrantes Jiménez, jefe del Departamento Industrial y Agropecuario que lideró las tareas por parte del MJP, la iniciativa tuvo buenos resultados para la población penal que participó en ella.

Se trató de un proyecto de ganar-ganar que nos permitió generar fuentes de ocupación para la población privada de libertad y otros beneficios, tales como la acreditación del descuento de la pena. Además, se capacitaron en manejo de árboles, ebanistería y otros oficios. Esto implica la formación de hábitos de trabajo, fundamental para una inserción exitosa en sus comunidades una vez que salgan del centro penitenciario”, indicó Barrantes.

Los privados de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) Jorge Arturo Montero, en San Rafael de Alajuela, fueron los colaboraron en el vivero del penal, donde cuidaban de los árboles que provenían de diferentes zonas del país.

Los árboles se mantuvieron ahí hasta que alcanzaron unos dos metros de altura, la apropiada para ser trasplantados al parque.

Los trabajadores del vivero pudieron participar en las actividades de siembra que se llevaron a cabo como parte del proyecto, con el fin de concientizar a la población sobre la preservación del ambiente y el cuidado que se le debe dar a esta importante zona de la capital.

Entre el 2011 y el 2019 salieron del CAI Jorge Arturo Montero 2.309 árboles que poblaron La Sabana, originalmente sembrada en su mayor parte con cipreses y eucaliptos.