Cuando se me ocurrió grabar este podcast, supe que tenía que comenzar de inmediato o los días iban a pasar sin poner la idea en práctica. La combinación de síndrome de impostor, timidez y procrastinación iba a ser letal. Me senté e hice una lista de 17 personas con las que quería conversar, porque las admiro y quería aprender sobre sus experiencias. Me di cuenta de que tengo muchísima suerte de conocer a tantas personas tan inspiradoras.

El siguiente paso era grabar la primera conversación, de inmediato. No podía pasar ni un día porque me conozco y cada vez que no materializo una idea, se convierte en una tortura que uso para sentirme mal. Estaba claro a quién debía llamar, porque sabía que esta persona no espera. Le envié un mensaje a Lázaro Hernández y media hora después estábamos grabando vía Skype.

Lázaro Hernández es un animador digital salvadoreño, que hoy día trabaja en Hollywood creando CGI (Computer Animated Graphics) para las películas de más alto nivel. ¿Cómo llegó hasta ahí? Esa es una conversación que vale la pena porque nadie le abrió la puerta. La historia de Lázaro es un ejemplo de planificación, perseverancia, humildad y valor.

De El Salvador a Costa Rica

Como muchos de mis invitados en el podcast De Tripas Corazón, el primer paso de Lázaro fue atreverse a dejar la zona de confort de una carrera tradicional. Trabajaba como creativo en publicidad para toda la región centroamericana y le estaba yendo muy bien, pero en el fondo sabía que ese no era el camino que lo llevaría hacia donde ir. Lázaro quería aprender a hacer animación 2D y 3D y realizar proyectos masivos.

Así fue como llegó a Costa Rica por primera vez, becado para estudiar animación digital. Llegó sin ni siquiera saber dónde iba a vivir. Pronto creó un sistema de apoyo, se insertó en la industria y hasta fundó su propia empresa. Pero aún no se sentía realizado. Sin duda los proyectos de animación más ambiciosos en nuestro país se dan dentro de las agencias de publicidad, pero esa arena también tiene un límite en nuestro país. Después de algunos años, Lázaro supo que debía volver a endeudarse, arriesgarse y volar.

Gringolandia

Hubo un choque cultura entre El Salvador y Costa Rica, pero el que Lázaro encontró en Estados Unidos fue mucho mayor. Quizás Lázaro esperaba un país que lo recibiría tan bien como el nuestro, pero tras cinco meses de intentar buscar trabajo en Los Ángeles, tuvo que aceptar que su plan no estaba funcionando.

Lázaro es un fiel creyente de la utilidad de aceptar la derrota, pero aprender del recuento de los daños. Identificó tres cosas que necesitaba: una visa, un título de una universidad más reconocida, y mejorar su inglés. Y como siempre, no esperó ni un minuto antes de poner manos a la obra.

Lázaro mató dos pájaros de un tiro al encontrar una licenciatura en UCLA que además le facilitaba el permiso de trabajo, y era relativamente económica. Pero tuvo que tomar un trago amargo: regresar a El Salvador para estudiar hasta lograr pasar los exámenes de nivel de inglés que necesitaba. Un golpe fuerte que le obligó a bajar la cabeza y ser humilde para poder perseguir su objetivo. Sin embargo, esa etapa le permitió apreciar la importancia de la familia y los amigos, y la necesidad de hacer espacio en la vida para ellos también.

Cuesta Arriba

Ya con su permiso de trabajo, sus estudios y su idioma, Lázaro encontró un trabajo. Pero ese no es el final de la historia. Lázaro detestó su trabajo y las personas no lo recibieron de la mejor manera. Lázaro siguió remando contra corriente, aprendiendo y diseñando estrategias para conseguir su objetivo.

Hoy día Lázaro ha trabajado en películas de Marvel, X Men, Men In Black y muchas otras películas de altísima taquilla. ¿Cómo llegó hasta ahí? Eso nos cuenta en el episodio de esta semana, que es además uno de mis favoritos por la eléctrica personalidad y la conmovedora humildad de Lázaro.

 

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