El narcotráfico es un problema global que alcanza grandes dimensiones sociales, políticas y económicas. Existe una relación directa entre el crimen organizado y el narcotráfico, así como sus efectos sobre la salud pública y la estabilidad socio política de los países involucrados.

Cada día vemos los tentáculos de este pulpo introducirse a través de la corrupción en nuestras instituciones democráticas, Poder Ejecutivo, Poder Judicial y Poder Legislativo; y posiblemente también en nuestras municipalidades, y en el financiamiento de campañas políticas.

La posición geográfica de Costa Rica nos ha convertido en un gran centro de almacenamiento de drogas. Solamente en el año 2020 se decomisaron 56.758,45 kilos de cocaína.

En meses anteriores fuimos catalogados por el Puerto de Ámberes, en Bélgica, como uno de los países que más droga “exporta” a Europa, a pesar de no ser un país productor.

Mi despacho ha buscado soluciones

Costa Rica es un país pequeño, la cobertura policial no alcanza para controlar todo el territorio nacional y esto facilita la utilización de pistas clandestinas por parte de grupos criminales.

El Servicio de Vigilancia Aérea había identificado un total de 83 pistas clandestinas, 41 helipuertos clandestinos, y 39 posibles campos de aterrizaje.

Hasta hace poco, la ley costarricense carecía de un cuerpo normativo que contrarrestase la construcción y uso de pistas clandestinas, sobre todo porque se encuentran en propiedad privada, por esto, me di a la tarea de presentar la ley 9902, tramitada bajo el expediente 21.621, “Ley para Inutilizar Pistas de Aterrizaje Clandestinas”, firmada por el Presidente Carlos Alvarado el 21 de setiembre del 2020.

Ya han sido varias las pistas de aterrizaje que han sido destruidas por parte del Ministerio de Seguridad Pública en los escasos meses que esta ley tiene de vigencia.

Otro mecanismo utilizado por el crimen organizado en nuestro país, es la infiltración de cuerpos policiales, los cuales suministran información a los delincuentes sobre investigaciones, posibles allanamientos, además de entorpecer la labor policial y desaparecer información.

Por la naturaleza de estos operativos, es indispensable que el talento humano que conforma los cuerpos policiales de nuestro país cuente con los más altos grados de confiabilidad. A raíz de esta problemática, presenté el proyecto de ley que se tramitó en el expediente 21.490, Uso del Polígrafo en las Fuerzas de Policía, el cual fue aprobado en segundo debate y recientemente firmado por el Presidente, el pasado mes de abril.

A la espera de que la ley entre en vigencia, buscamos que esta herramienta sirva para garantizar que la información de carácter sensible que manejan los profesionales en seguridad no se filtre.

Al finalizar este tercer año legislativo, con gran satisfacción puedo asegurar que por medio de la presentación de proyectos de ley y mociones – así como la fiscalización por medio del control político –, hemos tenido un impacto positivo en la seguridad nacional y en la lucha contra el crimen organizado y narcotráfico.

Políticas Públicas a desarrollar por parte del Estado

La lucha contra el narcotráfico debe tener un enfoque integral. No solo en políticas de prevención y rehabilitación, también en la modernización de cuerpos normativos para facilitar el trabajo diario de nuestros cuerpos policiales y operadores de la ley.

Las diferentes instituciones y actores políticos deben diseñar una propuesta integral de seguridad nacional, y abrazar multidisciplinariamente los diferentes aspectos del combate al narcotráfico y el crimen organizado.

  • Se debe trabajar en una mayor transparencia del sector público y privado para disminuir la corrupción y el lavado de dinero. Una Ley de Extinción de Dominio, y tener personas comprometidas con la denuncia firme de todo caso de corrupción.
  • La democracia y la paz social no se mantienen solas por lo que es fundamental mejorar la gobernanza de la seguridad. Esto debe ser uno de los pilares en la construcción de cualquier propuesta.
  • La lucha contra el narcotráfico es una lucha de índole regional por lo que es necesario estrechar y aumentar la cooperación internacional con los países amigos de la región.
  • Costa Rica no está sola en esta lucha contra el narcotráfico. Hemos logrado alianzas con Estados Unidos para los Patrullajes Conjuntos Marítimos, por ejemplo, y con Colombia en todo el tema de inteligencia, así como diferentes capacitaciones de nuestros cuerpos de policía. Estas deben mantenerse, y fortalecerse con resultados.
  • Los planes estratégicos de acción para el combate del narcotráfico deben diseñarse de forma local. No todas las comunidades tienen la misma problemática.
  • La pandemia del COVID-19 va a agudizar la pobreza y las carencias a satisfacer las necesidades elementales. No se trata únicamente de una mayor presencia policial; una comunidad excluida, en condiciones de pobreza, es una comunidad vulnerable para caer en el narcotráfico o el crimen organizado.
  • El principal grupo para atender son los jóvenes, ya que los datos evidencian que son en su gran mayoría los protagonistas en las diferentes situaciones de delitos, por lo que requieren especial atención. La educación es clave ya que uno de los factores que aleja a los jóvenes de la criminalidad.
  • La prevención de la violencia atendiendo sus causas.
  • El decomiso de armas ilegales o armas legales sin los permisos respectivos. El sicariato y los ajustes de cuentas son los generadores del mayor número de muertes violentas en el país actualmente.
  • Se deben de implementar, con mayor rigurosidad, los mecanismos que permitan detectar y alertar sobre movimientos que tengan origen en dinero ilícito y así efectuar una contención al lavado de dinero. “Sigue el dinero”, dicen. De ahí la importancia de la inteligencia financiera.

Uno a uno, atendiendo integralmente cada sector y sin impunidad, vamos desprendiéndole a este pulpo los tentáculos.

Como presidenta de la Comisión Investigadora del Narcotráfico y Crimen Organizado en el Financiamiento de Partidos Políticos, quiero ratificar mi absoluto compromiso con llegar a las últimas consecuencias de esta indagación. Siempre anteponiendo la bandera de Costa Rica por encima de cualquier interés; caiga quien caiga.

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