En una realidad como la que enfrentamos desde hace ya más de un año, tras la llegada del COVID-19, no cabe la posibilidad de que las personas y las organizaciones nos mantengamos estáticos.
Cada vez más, las empresas, creadas y regidas por personas, tenemos que reinventarnos. Reinventarnos en la forma de hacer las cosas, de volvernos cada vez más simples y digitales, pero también para volcar la mirada hacia lo crucial y trascendental para mantener nuestro negocio, pero principalmente, para poder ser un medio entre el bienestar de las personas y el equilibrio económico que se requiere en tiempos difíciles.
Las buenas prácticas en términos de sostenibilidad son parte de la estrategia de algunas empresas en Costa Rica que se han preocupado por responsabilizarse de sus impactos negativos, no para lucir una medalla ante sus clientes y otros grupos interesados, sino por una obligación moral y ética que se le debe a las personas, al medio ambiente, a un país que espera agentes económicos diligentes, estables y capaces de asumir estas responsabilidades y sumar al desarrollo sostenible, principalmente en tiempos de crisis.
La redefinición de la estrategia empresarial fue una tarea a la que nos hemos enfrentado las empresas, de todo tamaño y sector, de la mano con la priorización de temas que sustenten la continuidad del negocio.
¿Y de dónde o de quiénes debe surgir esa priorización? La invitación va dirigida a realizar estas definiciones con datos que alimenten la realidad de los clientes, de las partes interesadas, de los principales indicadores económicos, pero principalmente de lo que realmente esperan y necesitan nuestros clientes y colaboradores.
El uso de herramientas digitales para alcanzar a nuestros públicos, la eficientización de procesos, la redefinición de productos adaptados a nuestros nuevos clientes, el ajuste según las necesidades, la diversificación de productos según las necesidades sociales y económicas de los clientes, son solo algunos ejemplos de cómo esta realidad de pandemia mundial nos hace una invitación a mirar en más direcciones.
La sostenibilidad desde el punto de vista empresarial se comprende como la estrategia de negocio integrada que tiene como objetivo la continuidad a largo plazo y la permanencia en el tiempo de la empresa, manteniendo en equilibrio los ejes económico, social y ambiental. Estos ejes refieren a las tres dimensiones de atención que debería de tener una empresa para operar de forma ética, responsable y con un enfoque de generación de valor. El propósito de una empresa cobra relevancia en esta afirmación, cuando definimos un propósito que aporte no solo a los réditos económicos, sino a la generación de bienestar de la sociedad y la protección del medio ambiente.
En retrospectiva, las empresas consolidadas con estrategias de digitalización, innovación y sostenibilidad avanzadas vislumbran una ventaja competitiva importante frente a las empresas que aún mantienen una estrategia aislada.
El 25 de setiembre del 2015, la Organización de Naciones Unidades propició, a través de los líderes mundiales, la creación y adopción de un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Cada uno de estos objetivos tiene metas asociadas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. Pero estas metas se han visto deterioradas y se estima que, en su mayoría, las proyecciones de alcanzar esta agenda en el 2030 son cada vez menos alentadoras.
Es aquí cuando debemos redoblar esfuerzos para lograr que la sostenibilidad de nuestros negocios no esté desligada de la sostenibilidad de nuestras comunidades, nuestro país y del planeta. Y eso pasa por no voltear la cara hacia los temas más apremiantes que vive nuestra sociedad.
Según la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), con datos del trimestre móvil que abarca diciembre 2020, enero y febrero 2021, 452.000 personas se encuentran desempleadas. De este grupo, el 99,8 %, tuvo afectación en la búsqueda de un empleo por el contexto COVID-19. Estos datos solo nos refuerzan la invitación a las empresas, al desarrollo de estrategias que generen productos y servicios inclusivos y que creen valor a sus clientes, impulsar las mejores prácticas laborales que propicien la calidad de vida de los colaboradores y la construcción de estrategias que aporten al desarrollo económico y no que vayan en detrimento de este a largo plazo.
En BAC Credomatic podemos afirmar orgullosamente que hemos dado pasos importantes precisamente en alinear nuestros objetivos de negocios dentro de una Estrategia de Sostenibilidad, la cual contempla acciones y metas alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con el principio estratégico de poner al cliente en el centro de todo lo que hacemos.
En este recuadro, en un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas, podemos mencionar los principales logros y acciones que hemos ejecutado desde nuestras áreas de Sostenibilidad e Innovación en el último año, así como las medidas que implementamos a lo interno y externo de la organización ante la crisis que enfrentamos por la pandemia del COVID 19, con el objetivo de motivar a otras organizaciones a reinventarse y transformar de forma sostenible su modelo de negocio.