Para este lunes 24 de mayo de 2021 tenía una cita con Corte Plena, por gentil invitación que le hizo su presidente D. Fernando Cruz Castro, el ex-presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y hoy relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre Independencia de Magistrados y Abogados, D. Diego García-Sayán.
En particular, pretendía don Fernando Cruz que se recibiera en un acto solemne un informe sobre la independencia de la judicatura en Costa Rica, preparado por aquel relator para los años 2019 y 2020.
Como es usual con nuestra cortesilla y sus acólitos, lo que iba a ser un acto solemne y de altos kilates se convirtió en un zafarrancho de indecorosa magnitud.
Particularmente me llaman poderosamente la atención tres intervenciones en contra de esa exposición: la de los magistrados Salazar y Rojas en la propia Corte y extramuros, una belicosa exposición del Lic. Juan Diego Castro Fernández que por accidente me llegó a mi WhatsApp.
Nuestra alicaída institucionalidad requiere un poco de defensa y no de grosera manipulación. El Magistrado Salazar hizo gala de un discurso lleno de contradicciones, la más grave de ellas que no se le convocó con suficiente antelación para preparar preguntas. Sin embargo, en su extensa exposición exhibió una hoja en la que parecía tener un resumen de los informes del relator, haciendo citas muy puntuales de las conclusiones del funcionario de Naciones Unidas. Flaco favor le hace el magistrado Salazar a la administración de justicia y a la Corte Plena, cuando convierte su puesto de magistrado en un púlpito demagógico. No dio una sola razón de peso o medianamente válida para justificar su rotunda oposición a que se recibiera aquella aciaga mañana al alto funcionario de Naciones Unidas.
Por su parte, la señora magistrada Rojas, que ya nos tiene acostumbrados a sus cansinas intervenciones en Corte Plena, no pocas veces invoca la eficiencia de la administración de justicia como argumento para evitar que la Corte conozca de ciertos asuntos. ¿Cómo es posible que una de las magistradas con más atraso en la resolución de asuntos de la Sala I se dé el tupé de invocar la eficiencia en el uso de los recursos judiciales para vetar proyectos de la Presidencia como esta invitación a un relator de Naciones Unidas? ¿Acaso cree la señora magistrada que cuando las sesiones de Corte Plena se transmiten públicamente nadie la oye? Pues sí, debería saber que en el gremio sabemos de su espantoso atraso como magistrada de la Sala I. No tiene ninguna autoridad moral para invocar eficiencia en el uso de los recursos judiciales quien no ha dado muestras del ejercicio eficiente de la magistratura.
En relación con el colega Castro Fernández, además de su oprobioso uso del pabellón nacional a su diestra, hace un virulento ataque del relator a su persona: que fue ministro de un gobierno corrupto, que fue abogado de Odebrehct, una empresa corrupta y que fue Juez de lo que él llama “Corte Profunda” que entiendo es la Corte Interamericana de Derechos Humanos. No deja de sorprenderme que el único ministro en la historia política de Costa Rica que ha sido censurado por nuestra Asamblea Legislativa haga un ataque ad homine y no utilice un solo argumento de fondo para que en Costa Rica se discuta sobre la independencia judicial. No escuché en sus más de 7 minutos del video que difundió en redes sociales un solo argumento de fondo para oponerse a que el relator hiciera una exposición a nuestra Corte Plena. Llamar figurín político, ministro de gobierno corrupto, abogado de empresa corrupta a una persona para desacreditar un informe de Naciones Unidas no parece razonable. Él tan ducho en la argumentación jurídica, esta vez fue ducho en el insulto y aprendiz en la argumentación...
La discusión de la independencia de la magistratura y su sistema de elección pocas veces tiene tanta importancia en este país. La seguidilla de magistrados y magistradas nombrados por los actuales diputados y los inmediatos anteriores ha sido absolutamente vergonzosa.
La decencia de los nombramientos y la búsqueda de candidatos y candidatas idóneos y profesionalmente intachables es cosa del pasado. ¿Será por eso que tanto molesta a la actual magistratura y sus acólitos que en sus propias barbas les hagan ver que son hijos de un sistema prostituido y corrupto?
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