“Si logramos alinear lo que nos gusta hacer con nuestros valores y volverlo un modelo de negocios… no hay receta más perfecta que eso”, me dijo Karla Aguilar en el más reciente episodio del podcast De Tripas Corazón.

Esa es la receta perfecta, pero los ingredientes varían de persona a persona. Aun así, Karla y yo decidimos utilizar su experiencia en múltiples ideas de negocio exitosas para intentar identificar algunos de los ingredientes esenciales para lograr el a veces elusivo balance entre trabajo - vida personal - disfrute de la vida.

Karla es la fundadora de la franquicia Life Photo, abrió la primera cafetería gourmet Cafenautas en el área de Escalante cuando casi no había nada por ahí, es una de las fundadoras de Qué Buen Lugar y llevaba adelante las Inspiring Sessions en Terrazas Lindora, antes de la pandemia. Esos son solo algunos de sus emprendimientos, así que cuando se trata de hablar sobre salir del área de confort y ver de frente a la vulnerabilidad de abrir un negocio propio, Karla tiene mucho qué enseñarnos.

Los ingredientes

Los primeros, quizás tan obvios que podríamos pasarlos por alto, son el tiempo y el equipo humano. “Hay que aprender a administrar el tiempo y rodearse de la gente correcta”, dice Karla. Tenemos tiempo limitado cada día y en esta vida, por lo que organizarnos y saber invertir nuestra energía efectivamente, es fundamental. Además, el tener personas que crean en nosotros y nos apoyen en el proceso, es invaluable. ¡Nadie es una isla!

Y luego, cuando se va avanzando y abriendo camino, podemos darnos cuenta de que vamos cambiando. Conocernos a nosotros mismos es decisivo, para saber dónde están nuestras prioridades y comportarnos de acuerdo con ellas. “A veces me siento súper creativa y puedo hacer mil cosas y se me ocurren mil ideas”, me contó Karla, “pero hay otros días en que no tengo ganas de hacer nada. Y esos días los aprovecho para trabajar en cosas más administrativas”. Algo así como ser amable como uno mismo (being kind to yourself, como dicen los anglófonos), y no pretender que somos robots o tenemos un arsenal de energía y creatividad ilimitado. Aprender a escucharnos y darnos espacios de trabajo y de descanso.

Otro ingrediente común en la receta perfecta para la satisfacción profesional, es la curiosidad. Si nuestro trabajo estimula nuestra curiosidad y nos permite ir contestando preguntas y aprender… ¡maravilloso! “Hay que poner atención y apreciar todas las cosas, como si fuéramos niños”.

El infaltable

Y luego está el factor común en todas las personas con las que he conversado para este podcast. El verdadero combustible que les motiva a seguir haciendo lo que hacen, y que les consuela en los momentos difíciles: la misión.

Un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology dice que “El propósito en la vida es potencialmente un "activo de salud" que mejora la salud y el bienestar. El estudio encontró que “un mayor sentido de misión se asoció con un mayor bienestar psicológico (incluida la satisfacción con la vida, el afecto positivo, la autoestima, el procesamiento emocional y la expresión emocional), un mayor uso de la atención médica preventiva, más actividades de voluntariado y posiblemente menos síntomas depresivos (…) La formación de un sentido de misión puede proporcionar un objetivo novedoso para promover múltiples facetas del bienestar psicológico, el carácter prosocial y posiblemente la salud mental entre los adultos jóvenes”.

Karla lo tiene muy claro: “Lo que me mueve es tener un propósito, más allá de un modelo de negocio, no quiero dejar de emocionarme nunca”.

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