La Universidad de Indiana Tech, en la que actualmente juega el catcher costarricense Manuel José Ascanio Méndez, se coronó tricampeona de temporada regular en la conferencia Wolverine–Hoosier Athletic (WHAC). 

WHAC pertenece a la National Association of Intercollegiate Athletics (NAIA) y está conformada por doce centros educativos de Michigan, Indiana y Ohio, en los Estados Unidos de América.

La llegada de Ascanio a América del Norte se dio en la temporada 2019. En dicho año, Indiana Tech consiguió su segundo título de temporada regular, de forma consecutiva. Es decir, el beisbolista tico ha participado en dos de los últimos tres trofeos de conferencia y por ende, es bicampeón.

En alusión a su exitoso paso por Indiana Tech, Ascanio le comentó a LaJornada.cr:

Hoy jugamos ante Lawrence Tech y requeríamos solo una victoria para quedar campeones de temporada regular. Lo conseguimos y se me dio la oportunidad de anotar un jonrón en la final. Ahora toca enfrentar el torneo de conferencia y si conseguimos quedar campeones, como lo hicimos en 2019, quedaremos en una mejor posición para enfrentar las Series Mundiales de la NAIA."

Durante la temporada regular, Indiana Tech contabilizó 32 victorias y 22 derrotas, coronándose así como el equipo más regular en el oeste medio de Estados Unidos. 

Según las estadísticas brindadas por la NAIA, Ascanio alcanzó un promedio de bateo del .320 durante los primeros cuatro meses del año. En otras palabras, el tico avanzó a la primera base después de batear en el 32% de las ocasiones. 

Llevo tres temporadas con Indiana, pero el año pasado cancelaron la temporada por la pandemia. Este año demostramos que, pese a la pausa, seguimos trabajando fuerte y logramos el objetivo"

Un poco de su historia...

A finales del 2019, aprovechamos una visita de Ascanio al país y conversamos con él sobre su historia. A continuación le dejamos un extracto de la entrevista que le realizamos en Escazú:


Me recibió en su hogar y al abrirme la puerta, me enteré que estaba observando partidos antiguos de la Universidad de Indiana Tech. Precisamente ahí estudia y juega en la actualidad, contexto del que supuestamente ¡está de vacaciones! En primera instancia me impresioné, pero luego supe que todo forma parte de su esencia.

Durante la conversación, me dice “marico” y no para de mover la pierna. Un tanto distraído, empieza a contar la historia desde su natal Venezuela. Era (¿es?) un niño inquieto al que llevaban a clases de tenis, deporte que a la postre no logró calmar su energía y lo llevó hasta los comunes diamantes de béisbol.

Desayunaba, almorzaba y cenaba la disciplina, por lo que naturalmente se enamoró. Amor suficiente para no importar la migración de sus padres en 2006 y buscar en “la desconocida Costa Rica”, un lugar donde les apasionara el béisbol tanto como a él.

Entre risas, acepta que no fue fácil y solo en Santo Domingo encontró su lugar. La pasión de la leyenda Mauricio Alpízar fue la clave para quedarse por más de diez años y ver a la asociación como el sitio al que le debe todo. 

-¿Y desde niño sabía que era lo suyo?

-Para mis padres el estudio es sagrado y siempre lo vimos como una oportunidad para la universidad. Sin embargo cuando viví los Juegos Nacionales del 2016, pensé que podía llegar más lejos…

-Yo estaba en el público en su debut ante Alajuela, contra Pablo Barquero recuerdo...

-¡Claro! Fue muy especial porque ese día le gané el partido a un jugadorazo como Barquero y con solo 16 años, me encantó competir y convencerme que mi nivel estaba para más. 

En 2018, el hambre voraz lo llevó hasta una pasantía de 6 meses en una academia de Florida. Experiencia fructífera porque le enseñó cómo trabajaban los equipos universitarios y de qué manera lo pueden catapultar hasta las grandes ligas. 

Al volver de la pasantía, recibió la ayuda de Santo Domingo y un manager panameño para presentar sus atestados en una plataforma de selección online para universidades estadounidenses. Bastaron pocos días para resultar un perfil atractivo para Indiana Tech, el noveno mejor equipo de toda la nación.

- ¿Y allá cómo viven? ¿Igualito a las películas? 

-(Suelta la risa) Tal cual. Tenemos un roomie, vivimos en residencias y en mi caso comparto con muchísimo estadounidense por la zona de la universidad. Es ahí donde debo sacar la riqueza del beis latino... 

Cayó la noche y el tiempo se nos acabó. Antes de despedirse, me regala chicles de beisbolista, cuenta sobre lo que se viene para su carrera y me advierte cómo debo titular su futuro debut en las Grandes Ligas. Sin “Venezuela” o “venezolano”, quiere: “El primer costarricense en la élite del béisbol mundial”.