Sentirse conectado con un todo. Ser parte de algo más grande que nosotros mismos o nosotras mismas. Escuchar a la naturaleza. Todo esto suena, a veces, como un despertar espiritual más que una realidad diaria. Sin embargo, Una Vida en Nuestro Planeta nos enseña que verdaderamente sin la vida que nos rodea, no hay vida para nadie. Y es hora de que dejemos de mirar hacia el otro lado, porque la naturaleza está colapsando.
Sir David Attenborough es un naturalista y presentador de origen británico, conocido mundialmente por sus series, documentales y libros centrados bajo la temática de exploración y protección ambiental. Podemos decir que es el papá de la biodiversidad desde los años 50, trayendo a las pantallas de millones, la extraordinaria flora y fauna que cubre nuestro planeta con una magnífica capacidad para la narración.
Esta vez, Sir David trae a las pantallas la cruda realidad de nuestro destino como planeta con su documental Una Vida en Nuestro Planeta a través de su propia experiencia de vida. Pero ¿qué nos enseña?
El documental inicia con una comparación entre Chernobyl y nuestro rumbo actual como planeta. La destrucción e inhabitabilidad de la zona representa nuestro futuro si no actuamos ya. Podrían inclusive haber llamado este documental, La Muerte de Nuestro Planeta, ya que se trata de todas las razones por las que, si seguimos en esta ruta, no vamos a tener un planeta para vivir. Inclusive, no se trata de un planeta muriendo de causas naturales, sino de un planeta que esta siendo asesinado. Por nosotros y nosotras.
“Estamos viviendo una crisis. Una que tiene consecuencias para todos y todas. Amenaza nuestra habilidad para alimentarnos, controlar nuestro clima. Inclusive nos pone en riesgo de más pandemias como COVID-19”, nos advierte. Como seres humanos, dependemos de lo que nos rodea. No hay a dónde escapar, no hay nada más, y lo que tenemos es finito.
La mejor parte del documental es el uso que se le da a su propia historia de vida para comparar cómo han cambiado las cosas en nuestro planeta, especialmente desde el mundo natural. Como un veterano en el mundo de la narración de vida silvestre en los últimos años de su vida, Attenborough discute sus predicciones para los próximos 95 años. Y no es una imagen linda. La selva amazónica completamente destruida. Una catastrófica pérdida de especies. Un ártico sin hielo. Un océano sin peces. Una crisis global de alimentos. Un planeta básicamente inhabitable. Una calle de una sola vía.
Por lo tanto, en este momento ya no se trata de salvar el planeta como un ente externo, sino de salvarnos a nosotros mismos, literalmente.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Como personas comunes y corrientes, en realidad mucho. La compra excesiva debe detenerse. Unirse a alternativas libres de plástico. Donar a las causas que limpian nuestros océanos, detienen la pesca de arrastre o el aleteo o trabajan en reforestación. Asegurarnos de que nuestra basura es clasificada correctamente. Comer carne en menor cantidad o de ser posible, no comer carne del todo. Por ahí, podemos empezar.
Suena francamente sencillo, porque se tratan de soluciones sencillas, soluciones que ya están a nuestro alcance. Attenborough fielmente cree que estos cambios son posibles, y creo que muchos de nosotros también.
A pesar de que este año fue uno difícil, esta no es una realidad que podemos obviar, o peor aún, pensar que no está relacionada. La vida de los animales, las plantas, y el ambiente que nos rodea, está más entrelazada con nuestra propia vida de lo que nos gusta admitir. Este maravilloso documental nos tiene que inyectar de ganas y esperanza, más allá de negatividad, si de verdad queremos vivir. Una Vida en Nuestro Planeta puede que no sea el documental que más ansiamos ver, pero es definitivamente el más necesario.
Una Vida en Nuestro Planeta está disponible ya, en Netflix.
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