Por María José Castillo Aguilar - Estudiante de Licenciatura en Ingeniería Industrial

La manufactura, desde su creación en los años 1870, ha ido evolucionando con la integración de técnicas y tecnologías, desde la implementación de electricidad y maquinaria hasta la era actual donde se requiere una conectividad entre la infraestructura, las personas y los procesos que proporcione datos y una visión organizacional amplia y eficiente donde se puede tomar decisiones efectivamente y monitorear cada paso casi en tiempo real, lo cual aporta un valor agregado enorme al negocio. Sin embargo, cada componente tecnológico que se desea agregar en cada proceso representa un aumento a la complejidad y, por lo tanto, tiene un efecto directo en el costo por la tecnología y la necesidad de contratar el talento para poder mantenerlo y mejorarlo.

Dicho esto, la tecnología es un factor esencial para la ventaja competitiva y, por ende, se convierte en un elemento necesario y casi obligatorio, esto hace que las empresas tengan que abordar retos en la integración que conlleva costos, talento, y gestión. Para el costo, las empresas tienen que evaluar dos factores importantes, el de desarrollar e implementar sus propias soluciones o subcontratarlas, y dependiendo del mercado donde se trabaje esto representa más especialización para poder lograrlo exitosamente, ya que después se debe mantener y mejorarlo. Sin embargo, sea cual sea la elección, estas pueden llegar a ser excesivamente caras, donde una empresa puede bien invertir hasta más de la mitad de capital en esta actividad y pensar en el costo/beneficio es sumamente crucial.

En el ámbito del talento, las empresas deben invertir en capacitaciones para que los colaboradores tengan una idea clara de cómo funciona la tecnología y como utilizarla orientados en el aporte de valor a la empresa. Por último, tenemos el factor de gestión, donde a nivel organizacional se tiene que manejar el cambio, y enfrentar adecuadamente las personas que pongan resistencia, ya que bien se conoce como una reacción habitual que sucede ante los cambios, donde se debe incentivar y explicar el montón de beneficios que va a representar y así poder implementar los cambios de una manera efectiva. Otro aspecto importante por considerar, tras una integración, es conocer sus pros y contras, ya que, al contar después con un sistema avanzado, se va a incrementar la cantidad de datos generados lo que puede ocasionar que las empresas se abrumen luego por tanta información, y que no se tenga realmente una idea correcta de manejarlos y, por ende, haya un desaprovechamiento.

Por otro lado, se tiene otro gran desafío: la integración de componentes de distintos proveedores, herramientas maquinarias, transportadores y robots usando diferentes protocolos de comunicación. Sin embargo, lo más importante es mantenerse en un alto nivel competitivo con respecto a sus similares, y existen muchos factores a tomar en cuenta: la flexibilidad, la reducción de costos, la mejora de la calidad, el aumento de la productividad, entre otros menos importantes. El implementar una Tecnología de Manufactura Avanzada, requiere de mucha preparación técnica e industrial, como, por ejemplo, instalaciones con las que cuenta la empresa en donde se va a implementar, manejo de personal capacitado para su utilización, compromisos gerenciales, entre otras variables que se relacionan con dicha tecnología. No obstante, las empresas que han incursionado en esto, y que han invertido en equipos y tecnología costosa, han logrado alcanzar el éxito y destacarse del resto.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.