Por Yendry Pamela Molina Rivera - Estudiante de Ingeniería Química Industrial

El cambio climático ha existido desde siempre, de forma natural, pero, a pesar de eso, la actividad humana es la principal fuerza de aceleración que afecta el proceso dramáticamente (Benito, 2016). Desde la revolución industrial, la combustión de productos derivados del petróleo, junto con la deforestación causada por la actividad humana, ha incrementado en gran medida el nivel de concentración de CO2 en la atmósfera (Benavides y León 2007). De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) (2005), se estima que 2/3 de las emisiones de CO2 provienen de la quema de combustibles fósiles mientras un 1/3 resultan del cambio en la utilización del suelo. Del total emitido un 45% permanece en la atmósfera, el 30% es absorbido por los océanos produciendo un descenso en el pH que dificulta la sobrevivencia de los microorganismos marítimos (Asociación Geoinnova, 2016), y el restante 25% pasa a la biosfera terrestre.

Por otra parte, según el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE), ya se iniciaron negociaciones con China que permitan encontrar nuevas formas de utilizar el CO2 y tecnologías basadas en el fenómeno de adsorción, la cual consiste en el desarrollo de sólidos inorgánicos u orgánicos con un entramado interno de canales con dimensiones bien definidas, de tal manera que la presencia de interacciones específicas entre la molécula a adsorber y la superficie del sólido favorezca la concentración de la molécula a separar en la superficie del sólido (Silvestre et al., 2014). El CO2 puede ser utilizado en la industria cervecera, en la industria farmacéutica, para el aturdimiento de animales, conservación de la leche, para el cultivo de algas, producción de combustible y para la producción de cemento.

Pero la captación de CO2 tiene aún muchas limitaciones, los desarrollos realizados hasta el momento en diferentes partes del mundo no logran ser lo suficientemente convincentes para mostrarla como una técnica segura, estable y ambientalmente aceptable (Pedraza et al., 2018). Asimismo, existe menor disposición a invertir en este tipo de tecnologías que las orientadas al desarrollo de energías renovables, por lo que debe hallarse la manera de solucionar inconvenientes como lo son los altos costos de almacenamiento y su ubicación con respecto al lugar de captura, la seguridad del transporte, la incertidumbre en relación a posibles fugas desde el lugar de almacenamiento, los posibles impactos sobre la salud humana y el daño a ecosistemas. Asimismo, a nivel de políticas, se encuentra que no existe una normatividad o legislación para su implementación. Es indispensable usar técnicas de evaluación de riesgos con el fin de elevar los niveles de confianza, la capacidad de comunicar los riesgos y la manera de mitigarlos (Pedraza et al., 2018).

En conclusión, la captura de CO2 se encuentra como una gran alternativa para cumplir el reto de no solo controlar emisiones, sino también reducir la concentración de CO2 ya acumulada en el ambiente, que supera las 400 ppm. En Costa Rica la captación de CO2 no es considerado como una estrategia para la mitificación de la contaminación producida por el sector industrial. A pesar de eso, un estudio generado entre junio de 2019 y junio 2020, por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), registró una reducción de un 16.2% en las emisiones acumuladas de dióxido de carbono; sin embargo, queda mucho por hacer y esta tecnología podría ser una buena opción (Presidencia de la República de Costa Rica, 2019). No obstante, se necesita hacer un cambio de mentalidad con respecto a la perspectiva que se tiene sobre la captación de CO2, la implementación de planes de energía y control, como a su vez todo un marco político.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:

• Asociación Geoinnova. (2016). Acidificación en los océanos ¿Cómo se puede solucionar? https://geoinnova.org/blog-territorio/acidificacion-los-oceanos-se-puede-solucionar/
• Benavides, H. y Leon, G. (2007). Información técnica sobre gases de efecto invernadero y el cambio climático. http://www.ideam.gov.co/documents/21021/21138/Gases+de+Efecto+Invernadero+y+el+Cambio+Climatico.pdf/7fabbbd2-9300-4280-befe-c11cf15f06dd
• Benito, Y. (2016). Guía especifica de trabajo sobre CO2 y cambio climático. https://www.programainvestiga.org/pdf/guias2016-17/Guia%20introductoria%20al%20tema%20CO2%20y%20cambio%20climatico.pdf
• Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), (2005). Informe especial del IPCC: La captación y el almacenamiento de dióxido de carbono. https://archive.ipcc.ch/pdf/special- reports/srccs/srccs_spm_ts_sp.pdf
• Pedraza, J., Martínez, L., Suarez, L., Rojas, N., Ramirez, J., Mejia, A., Cano, D., Chavarrio, J. y Casallas, J. (2018). Capturando el CO2 de la industria para la industria. https://innovacionyciencia.com/articulos_cientificos/capturando-el-co2-de-la-industria-para-la-industria.
• Presidencia de la República de Costa Rica. (2019). Costa Rica registra una reducción del 26% en emisiones de dióxido de carbono por la pandemia. https://www.presidencia.go.cr/comunicados/2020/08/costa-rica-registra-una-reduccion-del-26-en-emisiones- de-dioxido-de-carbono-por-la-pandemia/
• Silvestre, J., Silvestre, A., Casco, M. y Rodríguez, F. (2014). Retos actuales para la captura y almacenamiento de CO2. https://core.ac.uk/download/pdf/32322797.pdf