El primer miércoles de mayo, desde el 2016 se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental Materna, este año corresponde al 5 de mayo. Con esta celebración se busca atraer la atención y aumentar la conciencia acerca de los problemas de salud mental materna, porque por más que se idealice la maternidad, hay mucho de qué hablar en realidad.

¿Por qué la salud mental materna debe ser una prioridad?

  • Porque un 25% de los embarazos termina en una pérdida gestacional o perinatal, lo que provoca en muchas ocasiones duelos complicados, y sintomatología ansiosa en el siguiente embarazo, el cual en un 80% de los casos se dará en los siguientes 18 meses tras la pérdida (Hill y DeBackere 2008). Cuanto mejor transite esa mujer y su familia por el proceso de duelo, más sano será su embarazo y su hijo.
  • Porque cuando durante el embarazo se da un diagnóstico de malformación o enfermedad que pone en riesgo la vida del bebé, en las madres surge miedo y culpa por no sentirse capaces de cuidar a ese hijo. Los cuidados paliativos perinatales van más allá de ecografías; van de la mano con el cuido de una madre y su familia que no saben qué hacer con esa noticia y el impacto que esto tendrá en sus vidas.
  • Porque según la OMS, la infertilidad afecta alrededor del 10% de parejas en edad fértil, y el impacto del diagnóstico se va sumando con posibles tratamientos de fertilidad asistida, los cuales en el proceso siguen agregando duelos y ansiedades ante las intervenciones médicas, betaespera, y procedimientos no exitosos.
  • Porque una mujer con un diagnóstico de bipolaridad podría verse desanimada en sus deseos de ser madre, pero como no se habla al respecto, ella no se siente capaz de debatir al médico que le “prohíbe” seguir con su sueño, ni buscar a un especialista que la apoye.
  • Porque alrededor de un 15% de las mujeres a nivel mundial padece depresión postparto; y un porcentaje similar sufre de ansiedad perinatal. Pero en el inconsciente colectivo, se maneja la idea de que toda mujer embarazada o nueva madre, está feliz y radiante, lo que les carga de culpa el reconocer sus sentimientos, y se sienten como malas madres o malagradecidas.
  • Porque la psicosis postparto es el gran tabú que puede llevar a las madres a ser consideradas monstruos en caso de filicidio, pero nunca las noticias hacen énfasis en la enfermedad mental subyacente, en la falta de apoyo de una pareja, de la familia y de la sociedad.
  • Porque el no dar un tratamiento adecuado tiene importantes consecuencias para la madre, el niño, la familia y la sociedad en general.

¿Y si abrimos el debate de la salud mental materna, y nos enfocamos en disminuir el impacto de una situación imprevista dando un acompañamiento multidisciplinar? ¿Y si promovemos la salud mental, prevenimos los daños, y así hay menos que reparar?

Me encanta como se ha desarrollado todo un movimiento para criar niños sanos, con apegos seguros y disciplina positiva, cuidando así de su salud mental. Pero yo quisiera que vayamos un poco más atrás, y empecemos a preocuparnos por la salud mental de nuestros hijos desde el embarazo, y ojalá desde antes de concebirlos.

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