En días recientes la presidenta ejecutiva del ICE Irene Cañas ofreció en el programa Hablando Claro sus perspectivas sobre el 5G, uso de frecuencias y la priorización de esta tecnología en Costa Rica. Las declaraciones de la ingeniera Cañas son desafortunadas y reflejan que, a pesar de haber tenido una buena gestión como presidenta ejecutiva, su visión es la de un ICE atrapado en su rol de siglo XX.
Es imposible no referirse a las afirmaciones sobre los videojuegos y videos, especialmente cuando Costa Rica es un exportador de la audiovisual y software. La pandemia ha acelerado 10 años revoluciones digitales y el 5G es un componente crítico de este salto. Por ejemplo, Facebook ha reportado que casi 20% de su fuerza laboral trabaja hoy en día en realidad virtual y realidad aumentada apostando precisamente a mejorar las interacciones digitales. La industria de los videojuegos móviles ha crecido con la pandemia y se proyecta alcance un valor global de $100 mil millones para el 2023.
¿Cuáles son los mercados con mayor expectativa de crecimiento en suscripciones 5G? Asia. ¿Cuál es el principal competidor en exportación de servicios digitales de Costa Rica? Asia. En Latinoamérica Costa Rica quiere jugar en la grandes ligas pero estamos penosamente atrás de nuestros competidores directos.
Así que me permito responderle a doña Irene su pregunta del minuto 6:17 de la entrevista, ¿Para qué queremos 5G en el país? Para que la industria costarricense pueda montarse en esa revolución digital que viene. Para que los emprendedores nacionales puedan desarrollar productos de exportación que nos inserten en esos mercados digitales emergentes.
Las declaraciones de doña Irene dejan en evidencia la torpeza con la que se manejan las decisiones estratégicas de la institución. Pareciera que en la Presidencia Ejecutiva del ICE no hay nadie que asesore a doña Irene sobre los cambios radicales que estamos viendo en la digitalización de la economía. Hay áreas estratégicas para el país como la automatización industrial y agrícola, bancarización digital, transporte y educación que podrían dar un salto con la introducción de 5G y tecnologías asociadas. ¿Cuál es el punto de pagarle salarios millonarios a gerentes, asesores y directivos cuando parece que están desconectados de la realidad global? Señores el ICE, su propio plan estratégico que incluye internet-de-las-cosas (IoT) y medidores inteligentes se vería potenciado por las capacidades de una red 5G.
Dejando de lado el caso específico de los videos y los juegos, las declaraciones de la ingeniera Cañas demuestran que el ICE sigue queriendo ser el árbitro de las telecomunicaciones en Costa Rica. En su entrevista con Vilma Ibarra, la presidenta del ICE dejó claro que sus decisiones están sujetas a un “análisis técnico” que convenientemente será elaborado por el mismo ICE (minuto 33:40). Pregúntese ¿cuál sería la reacción si Claro o Movistar estuviera a cargo del estudio para para licitar las frecuencias de 5G? Y que el gerente dijera a la prensa que la voluntad para liberar las frecuencias “dependerá de nuestro informe técnico” como lo hace doña Irene (minuto 36:48).
A más de 10 años de la apertura de telecomunicaciones, el ICE sigue atrapado en un laberinto de elaboración propia. Dando tumbos contra las paredes sin una estrategia clara y jugando a la defensiva. Por el peso que tiene el ICE en el mercado, sus errores estratégicos le cuestan a toda la sociedad. Para muestra un botón, recordemos el fiasco de Skype y las llamadas internacionales. El ICE no puede darse el lujo de seguir durmiendo en los laureles, ya pasó en energía donde la revolución tecnológica de los paneles solares lo tiene en jaque. La revolución digital va a ser mucho más agresiva con el ICE telecomunicaciones y se viene una ola de innovación que puede dinamitar el valor del ICE como proveedor.
En el caso del 5G, queda clarísimo que el ICE prefiere dilatar tanto como sea posible la entrada de la tecnología y usar como excusa la necesidad de que haya un plan nacional elaborado de forma participativa. Es imperativo que las autoridades del sector no permitan semejante disparate. La subasta de frecuencias y despliegue de la tecnología debe darse a la mayor brevedad posible.
Seamos claros, el país no puede esperar a que el aparato burocrático pase por todas las etapas de elaboración de un plan para 5G y tampoco lo necesitamos. La estrategia para el uso de 5G en Costa Rica se definirá en el mercado competitivo de telecomunicaciones, los usuarios e inversionistas en empresas que usen la tecnología decidirán mediante el consumo del producto cómo explotarlo.
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