El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, también conocido como Acuerdo de Escazú, es un tratado internacional para la región que protege los derechos humanos ambientales. Sin embargo, Costa Rica no ha ratificado el acuerdo.

La Asamblea Legislativa posee una deuda ambiental y no solo con el Acuerdo de Escazú sino con diferentes temas ambientales. Hoy en el tercer aniversario del primer acuerdo internacional en materia ambiental para la región, Costa Rica en materia internacional es incongruente al no ratificar un acuerdo que copresidió en la mesa de negociación en el 2018. Es por esto que desde la Red por el Acuerdo de Escazú de Costa Rica exhortamos a todas las diputaciones a colocar el Acuerdo en la mesa legislativa, y votar a favor de la ratificación para lograr ir adelante con la implementación lo cual es de lo mas relevante para la funcionalidad del Acuerdo, la cual va más allá de un papel, la que garantiza los derechos humanos ambientales, el acceso a la información y participación pública, y la protección de defensores y territorios.

Por otra parte, desde la red nos encontramos diversas juventudes trabajando para la ratificación e implementación del acuerdo por lo que la compañera Génesis Flores redactó este mensaje para el día de hoy con el fin de invitar a las juventudes costarricenses a promover este acuerdo:

“Las voces de las juventudes deben ser escuchadas, nuestras ideas, nuestras iniciativas, nuestras propuestas merecen ser escuchadas, nuestra incidencia en los puestos de toma de decisiones es prioritaria.

Es nuestro derecho generacional, nuestra generación y la generación futura vamos a recibir la mayor parte de daños, somos la última generación que puede poner fin al cambio climático. Podemos hacerlo y lo haremos.

Tomemos acción en nuestras manos, alcemos la voz por los que fueron silenciados y negados a información y a sus propios derechos.

Hagamos eco de las voces de las personas que vienen detrás de nosotros, la generación que sigue, pasemos la antorcha.

Algunos pueden creer que somos demasiado jóvenes para comprender los riesgos y las realidades del cambio climático, pero vemos sus efectos en nuestra vida diaria.

En 10 años, yo voy a estar en la plenitud de mi vida y quiero vivirla al máximo y no quiero tener miedo sobre el mañana. Es importante para mí, no solo por mí, sino por los que vendrán. Nuestros hijos, nuestros futuros nietos, no se merecen afrontar un problema que no causaron, y menos el resto de las especies. Además, que los jóvenes no solo somos el futuro, somos el presente.

Aprendamos a tomar consciencia y educarnos sobre tema porque generacionalmente tenemos una gran responsabilidad, en cosas que podemos empezar a modificar para contribuir a nuestro futuro y al de más generaciones futuras.

Sensibilizar a las generaciones futuras.

Por más participación e incidencia de personas en diferentes espacios y diferentes perspectivas, y que esa información sea facilitada, que esté al alcance de diferentes lenguas, así como las lenguas indígenas, Lesco, entre otras.

Ayudemos a garantizar la llegada de la información.

Ayudemos a garantizar la protección de nuestros ambientalistas y personas defensoras de sus tierras.

El acuerdo de Escazú busca dar respuesta a este tipo de contextos,

Que de derechos humanos se trata.”

Cada persona ciudadana debe asumir su responsabilidad ambiental frente a la crisis que enfrenta el mundo, pero principalmente sobre la vulnerabilidad de nuestra región ante la misma.

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