En algunas ocasiones las personas piensan que ejercer la democracia es salir a votar en las elecciones presidenciales y por los gobiernos locales cada 4 años, que con eso cumplimos nuestra cuota de responsabilidad con el Estado, eso es una parte. Pero existe otra gran parte como lo es cada vez que participamos en nuestro barrio, cuando nos informamos en que se invierten los impuestos, pero sobre todo cuando construimos en comunidad.

Una de las herramientas que permiten fortalecer la democracia son los presupuestos participativos que tiene como objetivo “profundizar la democracia local a través del debate, discusión y decisión para definir prioridades del Presupuesto Municipal y conseguir una amplia implicación de ciudadanos”.

Tuvieron sus inicios durante los años 80 en Brasil y a la fecha han recorrido el mundo con miles de experiencias buenas y malas, tantas metodologías como colores y miles de proyectos que han permitido a las personas grupalmente diseñar y tomar las decisiones de inversión de los recursos públicos.

Los presupuestos participativos son un proceso de transformación por sí solos, plantean el trabajar con una ciudadanía activa que cada día demanda más y mejores oportunidades en sus comunidades

Acosta es uno de los pocos cantones en el país que utiliza esta metodología, la cual permite hacer democracia todos los días. Desde el inicio de su aplicación ha aumentado la participación de las organizaciones comunales, ha puesto en discusión temas de las necesidades de las comunidades y lo más importante se pone en acción el diálogo, la resiliencia y el trabajo articulo de los diferentes sectores de la sociedad.

Pero definitivamente todo el reconocimiento del trabajo se lo llevan las personas que ponen su tiempo de manera desinteresa para pensar, crear, discutir y ejecutar los proyectos.

Lo que no imaginan es que con ese tiempo voluntario que realizan, forjan día con día una democracia más solidad, justa, transparente y participativa para las futuras generaciones, que pone en el centro de la discusión la participación de las personas en los procesos de toma de decisiones para las soluciones de sus necesidades.

En un país democrático debemos de exigir más espacios de participación en los cuales seamos capaces de decidir, opinar e incidir en el desarrollo, porque entre más participemos y más presente estemos más democracia tenemos.

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