Hablemos del arte y de los trabajos “no convencionales”, estoy segura de que al menos usted ha conocido a una persona que hace referencia a que optar por una carrera artística, es sinónimo de escasez de recursos económicos a largo plazo. Lo cual me hace cuestionarme cuántas personas han dejado de soñar y de dedicarse a un trabajo que realmente les apasiona y les hace altamente productivos (as) por estas creencias limitantes acerca de este tipo de profesiones; y aún me genera más disconformidad el saber que en parte estas personas pueden tener un poco de razón.

Constructo social

Socialmente se han establecido parámetros de los trabajos ideales y casi siempre recaen en medicina, derecho, entre otros. Los cuales, establecen un marco jerárquico de posiciones y otorgan diversos prestigios al profesional, y aunque, si bien es cierto estas vocaciones son indispensables para el funcionamiento de esta sociedad, de igual manera requieren de formación académica y esfuerzos de mejora como las carreras artísticas.

Por otro extremo, se agrupan las actividades generadoras que se consideran como “no profesionales” como la música, la danza, la comedia, entre otros; que son visibilizados comúnmente como hobbies. Por lo cual, requieren de diversas explicaciones a terceros para generar aprobación social en un contexto laboral.

¿Qué amerita ser artista?

Tomando, por ejemplo, la danza, esta requiere de formación académica profesional, en la cual se estudia desde la anatomía hasta las emociones que se transmite a los espectadores, en el momento de danzar. En el caso de que se estudie en una universidad pública en Costa Rica, se requiere dedicar 4 años de vida universitaria; no obstante, su formación va más allá de las aulas, ya que se requiere de largos ensayos y prácticas para generar resultados, y es que verdaderamente el o la bailarina son el servicio que ofrecen, es decir, ellos o ellas mismas.

Además, el ingreso a estas universidades conlleva realizar pruebas de aptitud que requieren de diversos conocimientos y técnicas indispensables. Razón por la cual, la educación musical debe de iniciar de muchos años anteriores.

Y es que no hay libro que te forme sino sabes escuchar, respirar o transmitir.

Realidad laboral en Costa Rica

El mercado artístico en Costa Rica consiste en un sector con poca cavidad para la contratación de personal dedicado a dichas actividades. Razón por la cual, muchas personas requieren de ser trabajadores independientes. No obstante, en repetidas ocasiones estas personas tienen que recurrir a la informalidad debido a las implicaciones que amerita ser un emprendedor formal en el país.

Para un músico costarricense la participación en un escenario demanda en repetidas ocasiones al pago por derecho a presentarse, lo cual variedad de personas dedicadas a la música tienen que realizar dicho desembolso para darse a conocer en su campo, aunque estos shows muchas veces funcionan como brindar entretenimiento gratis que bares o restaurante aprovechan.

En otra arista, se visibilizan algunos datos que establecen un contexto con respeto a los ingresos obtenidos por las personas profesionales en esta área donde según la Unesco(…) el Ministerio estima que el 12.3% de los trabajadores encuestados vive en estado de pobreza o pobreza extrema, lo cual los pone en una situación especial de vulnerabilidad frente a los efectos de la pandemia.” Lo cual, es preocupante, ya que este sector de la población puede contar con dificultades para adquirir servicios indispensables.

Si bien es cierto en un mercado competitivo quien asegura su permanencia es quien se reinventa y se adapta rápidamente al mercado, especializándose en aquello que hace mejor. No obstante, para que esto pueda suceder tiene que haber consumidores dispuestos a adquirir esos servicios a un precio justo, donde validen los conocimiento, tiempo y procesos que necesitó dicha oferta final para obtener un valor agregado.

Es por tanto que considero que el problema va más allá del gobierno, ya que la causa de esto viene desde nuestras raíces, desde un constructo de ideas obsoletas. Considero que, si desde lo individual empezáramos a ser conscientes de que dedicarse al arte además de ser un trabajo de mucho esfuerzo, es de valientes (as) soñadores (as), que deciden saltarse todos los muros, que como sociedad hemos construido, ellos tendrían muchas más posibilidades de crecer y de fortalecer su permanencia como sector. Por lo cual, es nuestro deber validar el trabajo de estos profesionales y apoyar su desarrollo.

Tus aplausos me causan inspiración, pero no me alcanzan para comer.

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