Costa Rica desde hace aproximadamente veinticinco años ha buscado impulsar su apertura y estrategia comercial, construyendo una sólida base para la exportación de productos costarricenses al resto del mundo y a la vez convirtiéndose en una atractiva plataforma para la inversión extranjera hacia estos mercados.

Esos esfuerzos se reflejan en los más de cuatro mil quinientos bienes y servicios que se exportan, generando más de seiscientos noventa mil empleos, representando un 35 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Como dice Procomer, en el 2020 las exportaciones iniciaron con un firme crecimiento en los meses de enero, febrero, marzo, mientras que en abril cuando se evidenciaron los estragos de la pandemia, las exportaciones cayeron, sin embargo, para el mes de agosto ya se presentaban datos de recuperación, creciendo 1% y un 5% en setiembre.

Como afirma el BID y Procomer, las exportaciones de bienes de ciertos países, como Bolivia, El Salvador, Chile y Brasil, presentaron graves disminuciones en sus exportaciones, representando un -35%, -8%, -7.5% y -7% respectivamente, sin embargo, la caída de Costa Rica representó apenas un -1.5%.

De acuerdo con datos de Procomer las exportaciones de bienes en enero de este año representaron $976 millones, un 17% más, comparado con el mismo mes del año 2020, en el cual se alcanzaron $834 millones.

Se debe destacar la capacidad de adaptación de los pequeños, medianos y grandes empresarios, donde la capacidad de adaptación es parte del día a día, con el claro objetivo de mantenerse a flote a pesar de todos los cambios a los que nos ha sometido la “nueva normalidad”.

El país ha migrado de ser una economía enfocada en el monocultivo, a una economía diversificada, en la que le apuesta a la alta tecnología e innovación, en búsqueda del desarrollo por medio de la apertura comercial y la atracción de inversión extranjera, principalmente en el sector tecnológico y de servicios, lo que ha permitido generar empleos de calidad.

Por medio del sector exterior se lleva a cabo la ampliación de su horizonte económico mediante las relaciones comerciales y financieras con otros países, lo cual tiene una influencia decisiva sobre múltiples variables y cuestiones económicas: el consumo, la inversión, el ahorro, el empleo, la asignación de recursos, los precios, etc.

Cuando hay eficiencia dinámica, el desarrollo y la adaptación de las nuevas innovaciones tecnológicas se producen al mejor ritmo posible, mejorando las ventajas competitivas.

Los países comercian por varias razones, entre ellas, porque ninguno puede producir todo lo que necesita. Es decir, cuando un país no produce lo necesario para la alimentación, salud, bienestar o seguridad de su población, se lo compra a otro.

El desarrollo del comercio internacional procura que los países prosperen, partiendo de que al aprovechar sus recursos podrán producir mejor, para luego intercambiar con otros países lo que a su vez ellos producen mejor. De este intercambio y buscando seguridad es que nacen los acuerdos comerciales con el objetivo de garantizar el acceso de productos a los mercados externos, de una forma más fácil y sin barreras. Los acuerdos entre los países plantean dentro de sus objetivos el aumento de la producción y comercialización de productos nacionales, lo cual podría generar más empleo, mejorar el bienestar de la población y promover la creación de nuevas empresas por parte de inversionistas nacionales y extranjeros.

Para que el país tenga una mejor relación comercial, en el caso de exportaciones, se deben impulsar acciones que permitan convertir al país en uno más competitivo, eficiente ante los ojos del mundo y de esta manera aumentar las exportaciones tanto en bienes como servicios.

Se requiere una política fiscal expansiva en donde se evite la aprobación de nuevas cargas tributarias a los empresarios, agilizar trámites administrativos y fijar tiempos máximos de respuesta para todo tipo de trámites y seguimiento para que se cumplan estos plazos.

En un mundo donde la “nueva normalidad” nos ha empujado a rápidas adaptaciones y cada vez más globalizado, se destaca la importancia de invertir en ciencia, tecnología e innovación con el propósito de incentivar el desarrollo socioeconómico del país, que, si bien se puede destacar las acciones realizadas para que el país continúe avanzando en este tema, en el segundo año de pandemia, sin duda el país tiene las condiciones para que las cifras sean más alentadoras para la economía del país.

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