En días recientes le pregunté a un amigo: “¿Por qué nadie está hablando de X tema?”.

Su respuesta me ubicó:

“Sinceramente creo, y es mi caso, que hay una saturación bestial. Y eso en Twitter, ni te digo en el mundo real. La gente solo quiere saber que está bien hoy, que vacunaron a la abuela, que ya pueden ver a los compas, y listo. Es un punto de saturación. Solo 5 necios en TW pueden darle a todo la misma importancia y dramatizar que el mundo se derrumba, los demás estamos breteando, cuidando lo que tenemos. Es así de sencillo”.

Tampoco puedo decir su comentario me tomó por sorpresa. Solo un par de días antes yo mismo había sentido ese peso de esa saturación y el agotamiento. A esto se me sumó una piedra que de cuando en cuando se me atraviesa en el zapato: la forma en que nos tratamos los unos a los otros. El tipo que se baja del tráiler a cerrar a golpes a otro conductor, la señora que le tira el vehículo a los ciclistas... la reacción ante estos incidentes. Presto atención siempre...