Ante lo incierto del panorama electoral, solo quisiera que descartáramos de nuestra mente la enorme falacia de “cualquier cosa distinta sería mejor”, la historia mundial ha demostrado que este ha sido el origen de enormes tragedias, desde la llegada al poder de Hitler, hasta la designación de Roy Myers en la dirección técnica de Saprissa.

Estamos al borde del default, tenemos una balanza de pagos de garrotera, pronto deberemos buscar nuevas fuentes de ingreso o tomar serias decisiones con un gasto terriblemente inflexible, así pensaríamos en afectaciones serias a las funciones estatales o los programas sociales; estamos ante la impostergable necesidad de reformar el empleo público y eso llevará sin duda a manifestaciones sociales, bloqueos o huelgas, que se muestran cada vez más y más violentas.

Quién aparezca, no llegará posiblemente con una mayoría legislativa y en el Congreso podría negociar con una Asamblea Legislativa (a la que ya amenaza con llegar hasta Brandon Toruño). Por otro lado, continuaríamos enfrentando los síntomas y las secuelas de la pandemia por COVID-19; no hay duda que preservar el sistema es una obligación, a la vez que necesitamos brindarle opciones a los miles de negocios que agonizan.

Es necesario crear fuentes de empleo sin pauperizar la sociedad, definir el rumbo que queremos como país y dirigirnos en esa ruta. También es necesario consolidar los logros en derechos humanos, volvernos un país más inclusivo y más justo para las poblaciones tradicionalmente excluidas. Esto lo enfrentará quien resulte electo, así que tratemos de ser analíticos, que nuestros votos respondan a un proyecto país, y no caer en facilismos infantiles, gobernar es una cosa muy seria.

Recuerde los Hugo Chávez que llegan para romper el orden de cínicos derechistas que habían saqueado el país a manos llenas, para ser otro cínico que saqueo el país pero con menor capacidad para gobernar; y si pensaba que no se podía empeorar después de ahí, vea a Maduro, que hace ver a Chávez como Pericles.

Tome en cuenta que en otras latitudes recién salen del gobierno de un personaje televisivo que se presentó como un “outsider” de la política, quién supuso que gobernar era como administrar un casino y dejó al país con el Capitolio ocupado por un chamán con cuernos de alce. Tras su paso, dejó como legado un corte violento en el tejido social y la fibra moral, que tomará generaciones en recuperarse.

No se olvide de Abdalá Bucaram (el loco que ama), o a Jimmy Morales (ya antes de ser presidente conocido como Black PIthaya), o a Duterte (quien dijo que estaría feliz de matar drogadictos como Hitler mató judíos), o al aparentemente inofensivo académico Fujimori (condenado a más de medio siglo de prisión, con delitos que van desde el peculado hasta los crímenes de lesa humanidad), en fin, una serie de figuras chuscas pero populares, que aparecen en la papeleta con el único mérito de no haber participado anteriormente en ningún acto de gobierno, una especie de castidad laboral, como si escogiéramos a un entrenador de la Selección Nacional debido a que antes de esa ocupación lo suyo no fueran los deportes.

Vamos a elegir un presidente, está en juego la educación de los chiquitos y chiquitas, las citas de la Caja, las pensiones de todos, el precio del arroz, las oportunidades de los que menos tienen, así como de las grandes empresas que enohorabuena generan riqueza y empleo, las imagen internacional del país, la tradición democrática y pacifista, su seguridad y la mía.

Me da verdadero miedo cuando veo a alguien decir que el Titanic lo hizo un experto y el Arca de Noe un amateur #póngaseserio, no defina su voto con pseudoideas de postalita de pinterest, no tome saltos de fe, razone, vea trayectorias, ideas, equipos de trabajo, y si luego sigue pensando que ese candidato sería el mejor presidente, pues bueno… así funciona la democracia.

Gobernar implica tomar decisiones impopulares y esto provoca resentimientos que se van acumulando como enemistades. El mayor problema de esta situación de hartazgo y desconfianza en que vivimos, es que abre la puerta para que llegue cualquier loco promoviéndose como algo diferente, sin importar si un cambio es para mejorar o radicalmente para empeorar, como suele suceder.

Vendrá alguien que no conoce el funcionamiento del sistema, a quien no le importa más que llegar al poder, quien nos hará creer que son fáciles las cosas que toda persona seria sabe que son difíciles de conseguir, hará gala de las actitudes que la gente cree que necesita, como autoritarismo, fuerza, mano dura, ese concepto absurdo de macho alfa, con que se glorificaba a los tiranillos del pasado, y como en todo círculo de violencia le vamos a creer, mientras tanto Freud se relame los bigotes.

Diferente no siempre significa mejor, las soluciones sosteniblemente beneficiosas requieren esfuerzo, innovación y compromiso, nada pasa por arte de magia... quien solo nos dice cosas bonitas usualmente nos está vendiendo Forex.

Estamos al borde del abismo, veámonos reflejados en el fondo del cañón... y tratemos que no sea necesario caer para conocer las consecuencias de la ley de la gravedad.

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