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Barbas en remojo

— En el chat del equipo, pregunté: “¿Qué conclusión les quedó del #Vacunagate de hoy? Aludía, por supuesto, a la confirmación vía autoridades de que en efecto algunos funcionarios de la CCSS recurrieron a tramas y mentiras para vacunarse antes de tiempo.

— La primera respuesta fue la siguiente: “¿Que la corrupción está institucionalizada en el sector público? Nada nuevo, en todo caso”. Respuesta cruda, directa y, sobra decirlo, dolorosa. Frustrante pues.

— “Que el aparato es tan monstruoso que ni la misma institución tiene claro quién hace qué ni dónde, por eso a la gente ni miedo le da mentir en estas situaciones, porque saben que difícilmente los van a pescar”, agregó una compañera.

— De nuevo: al punto. Cierto. Y una vez más: frustrante. El tema es que un caso como este no es normalmente “un escándalo” porque es más bien sintomático. Parte de un problema estructural. Normalizado e interiorizado. Una enfermedad tan obvia y constante que ya se da por sentado. Se c...