Por José Leonardo Castro Céspedes – Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial
Es el 11 de febrero y se le ha olvidado comprar el regalo de San Valentín para su enamorado o enamorada. Si estuviésemos en el año 1990, esto implicaría gastar todo un día caminando entre tiendas buscando un regalo; pero, para nuestra suerte estamos en el 2020, y esa tarea que pudo haber sido “titánica” en 1990 ahora se ha convertido en navegar unos minutos en una aplicación en el teléfono, colocar los datos de la tarjeta y listo; al día siguiente tendrá el regalo perfecto en la puerta de la casa. La tienda virtual está garantizando que ese regalo perfecto va a llegar justo a tiempo; si tienen a la venta un millón de productos diferentes, ¿cómo pueden garantizar que el artículo está disponible en ese preciso instante? esto sucede gracias al sistema de inventarios en tiempo real que posee la compañía.
Para nadie es un secreto que vivimos en una época en donde nosotros, como clientes, nos volvemos cada vez más exigentes. Por otro lado, las compañías saben que nuestro comportamiento ha cambiado; buscan la manera de tenernos felices siempre y no tener que pasar por la pena de comunicar que el artículo que necesitamos no está disponible. De acuerdo con la Oficina de Censo de los Estados Unidos (U.S. Census Bureau), en junio del 2018 los fabricantes, grandes comerciantes y tiendas minoristas tenían más de 1.9 trillones de dólares en inventario (Ciemcioch, 2018); esta cifra permite tener un panorama claro de por qué las compañías están apostando cada vez más por sistemas de control de inventarios que sean escalables y flexibles con las últimas tendencias globales y del consumidor.
Los costos de implementar una aplicación especializada para el control de inventarios pueden ser elevados y esto puede causar el rechazo hacia la herramienta. Esto se vuelve más evidente si lo llevamos a la mesa como propuesta para un pequeño emprendedor; donde es muy probable que lleven los controles de manera manual o en el mejor de los casos, utilizando una hoja de cálculo en Excel. No hay que olvidar la expansión digital en la que vivimos, y donde el “e-commerce” se ha vuelto algo tan importante al punto donde hay casos de emprendimientos comerciales que surgen sin la necesidad de un punto de venta físico. Por otro lado, hay tiendas que apuestan por soluciones “omnichannel” donde ofrecen sus productos tanto en tiendas virtuales como físicas, lo que conlleva tener un sistema digital de control de inventarios que sea capaz de procesar ventas de diferentes canales y así evitar malas experiencias a los clientes, como lo sería procesar la venta en línea de un último artículo que acaba de ser adquirido en la tienda física.
Finalmente, con la ayuda de herramientas más robustas como lo es la inteligencia artificial grandes compañías como Amazon han logrado explotar el potencial de sus sistemas de inventarios. Millones de líneas de datos como lo son compras realizadas en periodos anteriores y preferencias de los clientes, ayudan a construir modelos estadísticos y de decisión que permiten predecir la demanda de productos (Remi AI, 2018). Es momento de perder el miedo a utilizar herramientas digitales, muchas de ellas han llegado para quedarse y si las aprovechamos al máximo, seguirán haciendo de nuestro trabajo algo más sencillo y exitoso.
