En días pasados entré a una reconocida tienda de ropa y accesorios la cual ha atraído a muchas compradoras por sus llamativos atículos. De todo, captó mi atención un cinturón que, luego de probarme, terminé por comprar.
A llegar a casa, revisé de nuevo el producto y noté que en la parte anversa el cinturón tenía estampado un contenido con letras casi ilegibles, en el mismo color del accesorio y que en idioma inglés decía lo siguiente: “CUIDADO. Este producto le puede exponer a químicos, incluyendo plomo, el cual es conocido por el Estado de California como causante de provocar cáncer, defectos congénitos y daños al sistema reproductivo”. La etiqueta solamente indicaba su precio y no advertía, ni mucho menos traducía esas implicaciones.
La advertencia de la prenda se basa en la Propuesta 65 del Estado de California, que otorga al consumidor el derecho a conocer advertencias especiales para todos aquellos productos que contienen una o varias de las 900 o más sustancias químicas que este Estado determina pueden ocasionar cáncer o daños reproductivos cuando exceden los límites permitidos. Los consumidores tienen la oportunidad de ingresar a este sitio web y revisar cuáles son esas sustancias, así como las posibles penalidades en caso de violentar tal normativa.
El plomo es un metal tóxico presente de forma natural en la corteza terrestre. Podría pensarse que la intoxicación por plomo solo podría afectar cuando la exposición es prolongada, sin embargo la intoxicación por plomo ocurre cuando se acumula en el organismo durante meses o años. Incluso las cantidades pequeñas de plomo pueden provocar problemas de salud graves y, en niveles muy altos, la intoxicación puede ser mortal.
En 2011 Greenpeace inició una campaña para denunciar la contaminación de algunas empresas textiles en China, fabricantes de ropa y accesorios para reconocidas y posicionadas marcas mundiales. Esto llevó a que lograsen alertar a los consumidores sobre el uso de materiales tóxicos, las consecuencias para la salud y lo más importante es que, a lo largo de estos años, han conseguido poner fin a parte de la fabricación y venta de tales productos.
Sin embargo, al día de hoy el uso de materia prima tóxica continúa, y como el ejemplo citado, miles de consumidores alrededor del mundo seguimos adquiriendo textiles y muchos otros productos de uso y consumo diario que contienen componentes tóxicos. La situación se agrava por la falta de la infomación y el no contar con leyes específicas que regulen contenidos de plomo en ropa o accesorios, en virtud de la protección de la salud de las personas y de los derechos como consumidores.
En Costa Rica la normativa relacionada el tema se limita, entre otros, a la reducción del uso de plomo mediante el “Reglamento para Regulación del Contenido Plomo y Mercurio en Pinturas DE-24334-S”, donde se regula el contenido permitiendo a un 0,06% máximo de plomo y hasta un 0,005% de mercurio y el Reglamento sobre Emisión de Contaminantes Atmosféricos Provenientes de Calderas y Hornos de Tipo Indirecto, 36551-S-MINAET-MTSS.
La moraleja de lo que inicialmente fue una compra común terminó en un aprendizaje que lleva a tomar consciencia de ciertos hechos:
- El empresario en Costa Rica es responsable y cuenta con la obligación de advertir al consumidor sobre los materiales y componentes de los textiles o demás accesorios que puedan comprometer la salud. De no cumplirlo, podrá verse expuesto a una denuncia ante la Dirección de Protección del Consumidor, Ministerio de Economía, Industria y Comercio o ante el Ministerio de Salud.
- Es nuestra responsabilidad como consumidores leer e ir más allá de una revisión básica del producto. Debemos revisar las etiquetas principales y las secundarias, así como los contenidos ocultos para saber si el producto representa o no una compra responsable que no comprometa nuestra salud. Es nuestra responsabilidad también denunciar si tales productos están siendo comercializados en el país.
- Es necesario que la normativa en Costa Rica regule y sancione el contenido de sustancias tóxicas en la ropa y otros accesorios, y que permita, al igual de la normativa del Estado de California advertir sobre un posible riesgo.
- Mientras la normativa siga siendo omisa y no exija mayores responsabilidades a los comerciantes, una etiqueta colocada de forma visible y llamativa que advierta las amenazas a la salud, podría hacer la diferencia.
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