Autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y del Ministerio de Salud realizaron, este domingo, una conferencia de prensa para informar que la ocupación de las camas para pacientes críticos con COVID-19 llegó al 97%, pero que pese a esa circunstancia y el aparente inevitable colapso del sistema sanitario, no se implementarán medidas restrictivas más severas que las actuales.

El doctor Mario Ruiz Cubillo, gerente médico de la CCSS, afirmó que ayer a las 6:30 pm fue informado por sus compañeros de que "llegamos al momento que esperábamos no llegar", haciendo alusión al hecho de que ya no hay camas para recibir a todos los pacientes críticos con COVID-19 que las requieren.

Anoche, a esa hora, había cuatro pacientes en condición crítica que no tenían donde ser ubicados a nivel nacional, porque todas las camas UCI para pacientes críticos estaban ocupadas. La situación varía conforme pasa el tiempo y por ello las autoridades hacen monitoreos cada hora. Distintas circunstancias, incluyendo la muerte de algunos pacientes, generan que algunas camas se vayan liberando, sin embargo, el nivel de ocupación permanece sumamente elevado.

Ruiz Cubillo explicó y recordó que las camas de Cuidados Intensivos se dividen en dos: para pacientes severos, que requieren soporte menos sofisticado porque no están tan delicados; y para pacientes críticos, quienes requieren soporte especial pues presentan problemas en sus pulmones, corazón, riñones u otros órganos y sistemas del cuerpo humano.

Estamos ante un panorama crítico que no queríamos llegar. Estos pacientes no van a poder disponer de camas, va a aumentar la mortalidad, se van a morir más personas porque no se les puede dar el tratamiento adecuado”.

Según el gerente médico, la CCSS tiene como meta aumentar a 359 la capacidad de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos y a hoy, estaban habilitadas 349 de ellas. De esa cifra, 116 son camas para pacientes críticos, de las cuales 99 estaban ocupadas al momento de la conferencia de prensa y otras están inutilizables pues se encuentran en áreas hospitalarias donde se detectó presencia de bacterias resistentes o por otras circunstancias. De este modo, se reportó que solo hay cinco camas UCI críticas disponibles: una en el hospital San Juan de Dios, dos en el hospital Fernando Escalante Pradilla y dos en el Ceaco, lo que lleva la ocupación en camas para pacientes críticos adultos a un 97%.

Por otro lado, hay 233 camas UCI para pacientes severos habilitadas, de las cuales 156 están ocupadas y otras 14 están bloqueadas por presencia de microorganismos multirresistentes, lo que deja 63 camas disponibles con una ocupación del 71%.

Para el Dr. Ruiz existe preocupación porque además ha aumentado el promedio diario de traslados de pacientes a más de 20 al día, de las cuales 5 en promedio están siendo mujeres embarazadas.

Hemos hecho todo los esfuerzos humanos y médicos posibles, pero ya llegamos a una capacidad máxima. Es muy doloroso decirlo, pero llegamos a una capacidad máxima que no va a aumentar, mas bien es probable que pudiera disminuir si se enferma un intensivista.

Según el galeno, es la primera vez en la historia de la CCSS que hay filas para ubicar pacientes en camas UCI para personas críticas y señaló que a diferencia de la ola pandémica anterior, donde ingresaban pacientes primero a camas leves, ahora están llegando pacientes muy complicados que deben ser pasados inmediatamente a camas de cuidado crítico.

El doctor Marco Vinicio Boza Hernández, médico internista e intensivista y oficial médico científico del Centro de Coordinación de Operaciones, fue claro al señalar que a las Unidades de Cuidados Intensivos no serán ingresadas personas que están demasiados graves y con pocas oportunidades para sobrevivir. 

A camas para severos y críticos entrarán aquellos que puedan ser rescatados y recuperados en cuanto a su salud y su vida. A Cuidados Intensivos no va entrar una persona que esté demasiado bien ni demasiado mal: para estos últimos hay una serie de posibilidades como medicina compasiva, medicina humanista y de cuidado paliativo.

Boza detalló que están viendo cómo personas que inicialmente se cuidaron mucho con la pandemia están siendo ahora enfermadas por familiares o amigos que no guardaron las medidas precautorias correspondientes. Entre esa población vulnerable se encuentra aquella con SIDA, cáncer, adultos mayores, con enfermedades debilitantes, así como personas en tratamientos de quimio y radioterapia.

"Al joven no le va a pasar mayor cosa, le dará una gripe leve; pero a la persona mayor, vulnerable, puede darle un caso tan severo que requiera hospitalización y haya que evaluarlo integralmente para ver quién es, de dónde viene, qué edad tiene, qué patologías tiene, qué otras cosas agravan su COVID y con un panorama integral, se hace una propuesta a nivel de sesión médica de cuál podría ser la capacidad de esta persona para recuperarse", explicó.

Boza recordó que el internamiento de una persona en Cuidados Intensivos demanda vigilancia rigurosa las 24 horas del día y que la COVID-19 es una enfermedad que, aunque inicia como una enfermedad respiratoria, pasa a causar afectaciones al cerebro, corazón, hígado, riñones, al sistema circulatorio, causa trastornos metabólicos y muchas cosas más como problemas en la piel. Por esa circunstancia los equipos de UCI para pacientes con COVID-19 son limitados y no es tan fácil aumentar la capacidad, pues no se trata de una cama con máquinas, sino una cama, con máquinas especializadas y personal especializado y entrenado para atender personas con esta enfermedad.

"El 5% de los pacientes diagnosticados en Costa Rica requieren de hospitalización y de ese número, cuatro de cada cinco va a estar en un salón de hospitalización de diferente nivel; el otro quinto va a estar en una Unidad de Cuidados Intensivos en condición crítica. No podemos hablar de cuidado intermedio, es más que eso. Para fines prácticos una UCI severa de COVID-19 es una UCI desde la perspectiva administrativa y logística en donde la relación que hay entre el paciente y enfermedad es discretamente más laxa que la relación que se establece en una UCI crítica: en UCI severa puede haber 2-3 pacientes por enfermera; en una UCI crítica tiene que haber una relación de 1 a 1, incluso, para algunos procedimientos y cosas en UCI crítica se requieren dos y hasta tres enfermeras por paciente", agregó.

Las autoridades de Salud hicieron un llamado de alerta ante el comportamiento de la sociedad en los últimos días, al señalar que la saturación del sistema de salud que se está viviendo ahora es reflejo de las faltas cometidas hace una o dos semanas, por lo que aún resta el impacto que tendrá el comportamiento de estos días, que se teme empuje al sistema ya no a su saturación, sino al colapso total.

Por su parte, el doctor Daniel Salas, ministro de Salud, señaló que no es posible regresar a los meses iniciales de la pandemia donde se impusieron cierres y restricciones estrictas, señalando que el Estado ya no tiene capacidad para poder otorgar subvenciones, estipendios o bonos.

Hemos estado ejecutando, con diferentes sectores operativos de supervisión, cierres de bares y restaurantes que no han cumplido con las medidas sanitarias, pero el llamado es que tengamos cenas seguras. Si hacemos cierres importantes, las restricciones que hicimos en el pasado, la gente no va a poder ni cenar. El Estado perdió su capacidad de dar estipendios, subvenciones y bonos; cerrar implica que haya gente que no pueda cenar el 24 ni el 31 de diciembre.

Asimismo, Salas rechazó que Costa Rica vaya a implantar la medida tomada por países de la Unión Europea y otros, de cerrar el tráfico aéreo al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte donde se identificó una mutación del coronavirus que lo hace 70% más contagioso.

El ministro justificó esa decisión afirmando que no tiene sentido tomar esa medida contra ese país, cuando hay otros que ya están infectados con ese linaje (cepa o mutación) y que aún no lo saben. Hoy, por ejemplo, Italia afirmó haber detectado un caso de COVID-19 con la mutación británica que la hace más virulenta.

Salas afirmó que lo que la población haga en los próximos días será determinante para que la curva de hospitalizaciones baje o bien, que muera gente "en cantidades enormes".

Lamentablemente esta cena de Navidad o del 31 va a ser la última para un sector de la población, por el COVID, pero si mantenemos las reuniones en burbujas sociales esas personas u otras personas podrán tener otra cena de despedida de año. Hacer una fila en una tienda es opcional, hacer una fila para entrar en una UCI no es opcional. No queremos que se muera gente haciendo fila para entrar en una UCI.

El ministro si señaló que habrá un perímetro afuera de los estadios para controlar las aglomeraciones debido a los próximos partidos de fútbol e instó a los aficionados a celebrar en sus casas, con la responsabilidad necesaria.

Respecto a la colaboración del sector privado, Salas señaló que lo más que puede aportar ese sector al combate de la pandemia son 20 camas para Cuidados Intensivos y solo "unas cuantas" podrían ser modificadas para cuidados de personas en estado crítico. El acuerdo de cooperación está firmado y se utilizará "cuando se necesite".