La Comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó, este miércoles, eliminar el cannabis de la lista de las drogas más peligrosas del mundo, abriendo su paso para la investigación y uso médico.
Dicha comisión, compuesta por 53 estados miembros de la ONU, acogió la recomendación emanada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de reclasificar el cannabis y sus derivados, que desde la promulgación de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes se encontraba en la lista de drogas muy peligrosas, junto a los opioides peligrosos y altamente adictivos como la heroína, según reseñó Infobae.
Dicha convención forma parte de los tres tratados de la ONU que conforman el marco legal internacional del régimen de control mundial de las drogas, junto al Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971 y la Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988.
Aunque su eliminación de la lista de drogas peligrosas no significa per se que los gobiernos del mundo estén obligados a seguir esa regla, muchas jurisdicciones toman muy en cuenta las convenciones internacionales, por lo que la medida adoptada por la ONU es una victoria simbólica para los defensores del cambio de políticas del combate a las drogas.
En Costa Rica, por ejemplo, el Poder Ejecutivo alegó en una carta dirigida al Congreso días atrás que estaba en contra de la autorización del uso del cannabis con fines medicinales porque el panel de la ONU sobre estupefacientes no lo había sacado de la lista de drogas peligrosas.
Estados Unidos, países de la Unión Europea (excepto Hungría) y de América Latina votaron a favor de la enmienda para un total de 27 apoyos, mientras que China, Cuba, Venezuela, Egipto, Nigeria, Pakistán y Rusia se opusieron, sumándose a otros países que en total alcanzaron 25 votos. El cambio debía ser aprobado con la mayoría simple de la totalidad de miembros (27), y así ocurrió.
El consumo con fines recreativos seguirá prohibido en la normativa internacional junto a sustancias bajo control pero con propiedades terapéuticas, como la morfina.