El máximo exponente del Jiu-Jitsu costarricense, Sebastián Rodríguez Williams, se coronó campeón absoluto de Estados Unidos en el "American National IBJJF Jiu-Jitsu Championship 2020" este domingo en Dallas, Texas.
El decimonoveno mejor cinta café del mundo, según el último ranking de la Federación Internacional de Jiu Jitsu Brasileño (IBJFF), contabiliza cinco podios durante este año, pese al parón competitivo ocasionado por la pandemia.
En octubre, por ejemplo, quedó campeón continental medio pesado en el Panamericano de la IBJFF.
Posterior al torneo de este domingo, Rodríguez comentó emocionado:
Gracias a Dios, a mi familia, compañeros de equipo, a mi profesor Murilo Santana, y a mis patrocinadores. Sin ellos, nada de esto pasaría."
Medio internacionales, como Jiu-Jitsu Times, acreditan a Rodríguez como una promesa mundial del deporte, ya que solo tiene 25 años y cuando era cinta morada, arrasó en absolutamente todos los torneos en los que participó.
Desde su paso a cinta café, en noviembre del 2019, el costarricense ganó bronce en Mundial sin kimono (California), oro en Panamericano de la IBJFF (Orlando, Florida) y varias preseas doradas en torneos regionales de Suiza y Austria.
Su historia
A principios de este año, tuve la posibilidad de visitar a Sebastián Rodríguez en la casa de sus padres, un hecho poco común porque el atleta costarricense pasa viajando a raíz de sus competencias y compromisos internacionales. Tuve la dicha de conversar con él durante una hora y media, en la que intentamos resumir todos los eventos de su vida.
Nuestro protagonista pasa disperso toda la entrevista y, según su versión, es una constante desde su infancia. Ni la ritalina, recomendada por aquella “malvada maestra” en la escuela, lograron calmar las ganas de descubrir y travesear, al punto que le tocó cambiarse de centro educativo en 5 o 6 ocasiones.
En esa etapa de su vida, encontró el sentido en el deporte. Estudiar le parecía aburrido, no obstante, jugar fútbol con Saprissa y practicar Karate eran el éxtasis de la semana. Estas disciplinas lo mantenían ocupado y con, su particular cerebro, funcionando al máximo de sus capacidades.
Al salir del colegio, se dejó llevar por la recomendación de un amigo. Probó la academia de Jiu Jitsu de André Oliveira y quedó cautivado durante 4 años. Una etapa con altos y bajos en el ritmo de entrenamiento...hasta que llegó la competencia que cambió su vida.
-Gané un National Pro y obtuve mi pasaje al mundial en Abu Dhabi.
-¿Y qué tal? ¿Una buena experiencia?
-En realidad no tanto. Mientras Oscar Pereira obtuvo medalla de oro, yo solo fui a participar. Fue la primera de tres caídas consecutivas en competencias internacionales.
Rodríguez sabía que en Costa Rica su crecimiento tenía tope, por lo que empezó a lavar carros y vender electrodomésticos para probar suerte en Estados Unidos. El atleta aprovechó una potencial estadía en la casa de una tía (New York) y, con poco dinero en el bolsillo, se montó en aquel avión.
En el "nuevo mundo", cada detalle se complicó porque, aunque su nivel era bueno para nuestro país, debió afrontar una exigencia inimaginable en la nueva academia (Unity - New York) y el constante ahorro de cada moneda para quedarse “una semana más”. En pocas palabras era: ¡Darlo todo o rendirse para siempre!
-No creo en el plan B, porque representa una opción para escapar del plan A.
-¿Y cuál fue el plan A en ese momento?
-La pedí a mi nuevo coach que me permitiera limpiar u ordenar la academia, además de gastar la plata que quedaba para inscribirme al Open de New York.
-Literalmente era todo o nada…
-Pues si (respira), y más aún porque gané el torneo y empecé a obtener “un respeto” entre los compañeros y profesores en New York.
A partir de esta etapa, su carrera no ha parado de crecer. Empezó a ganarlo absolutamente todo en mundiales, panamericanos, reconocidos campeonatos nacionales, etc. en cinta morada y recientemente, con la cinta marrón.