Por Saúl García – Estudiante de la carrera de Administración de Negocios

Hay pocas realidades cuya inevitabilidad sea tan universalmente aceptada y temida como la vejez. Aunque el rango de edad en el que se califica a una persona como adulta mayor varía de país en país, las Naciones Unidas considera que después de los 60 se puede calificar a una persona como tal (en Costa Rica la edad de jubilación es de 65). Según datos del 2019, la generación mayor de 50 años en Estados Unidos genera cerca de $7.6 trillones en actividad económica, ese número inevitablemente aumentará cuando ese segmento se duplique para el año 2050.

En Costa Rica, cerca de 800.000 personas tienen 60 años o más. La mayor parte de esta población se concentra en el Valle Central. Se estima que para el año 2025, la población anciana habrá ascendido a 600.000. Conforme baja la tasa de fecundación, también sube la esperanza de vida: en 1970, una persona de 65 años podía esperar unos 15 años más de vida, en el 2019, ese número sube a 20.
Entre los retos a los que se enfrentan los adultos mayores están: el cambio de roles en la familia, enfermedades crónicas y pérdida progresiva de funcionalidad. Los ciudadanos de la tercera edad aspiran hoy a envejecer de forma activa y gallardamente, conservando su independencia el mayor tiempo posible, por lo cual se han visto avances tecnológicos significativos en la búsqueda de ese propósito. Esta misma población está también aceptando el uso del internet: el centro de investigación Pew reporta que el número de usuarios en este segmento aumentó del 14 % en el año 2000 al 67 % en el 2017. Es esta notable apertura a nuevas tecnologías la que incrementa el potencial económico de productos tecnológicos dirigidos a adultos mayores. Entre los consumidores finales tenemos a ciudadanos de oro interesados en mejorar su calidad de vida; e hijos, familiares, cuidadores o encargados de actividades básicas para la asistencia de adultos mayores.

Entre las novedosas tecnologías para el mejoramiento de la calidad de vida ya disponibles tenemos: robots que interactúan con usuarios; dispensadores inteligentes de medicamentos que evitan intoxicaciones accidentales; dispositivos de vigilancia para el hogar (cámaras o sensores de movimiento); dispositivos de movilidad, como salvaescaleras; wearables (como el Apple Watch o suelas de zapatos con chips integrados) que detectan caídas; y GPS para localización, monitoreo de signos vitales, etc.

Habiendo establecido la viabilidad comercial de estos productos, la pregunta que sigue es cómo conseguir financiamiento. El propósito del proyecto es la búsqueda de inversionistas para el establecimiento de un negocio de importación de productos tecnológicos para personas de la tercera edad a precios accesibles. No importa cuál sea la visión individual del futuro que tenga cada persona, el envejecimiento es inevitable, pero así como la tecnología nos ha ayudado a reducir las tasas de mortalidad infantil, también nos puede alentar a vivir mejor nuestros últimos años. Al final del día,  todos merecemos una buena calidad de vida, sin importar la edad.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.