Realmente debo decir que estoy entre sorprendido, asustado y satisfecho por las múltiples reacciones que ha tenido en lanzamiento de la campaña Hagamos Algo, el país lo pide a gritos…

Sorprendido y asustado, porque en esta era de redes sociales no sólo ha circulado el primer vídeo de la campaña mucho más de lo que imaginaba, sino porque las reacciones en medios formales y redes sociales han tenido de todo. Y lo interesante es que la mayoría de lo que se publica son opiniones, pero algunas por especulativas, escandalosas y controversiales y otras por bien articuladas y racionales, realmente me han tomado por sorpresa.

Por ejemplo, don Gerardo Corrales, don Eliécer Feinzaig, doña Gabriela Llobet, don Ottón Solís y don Alberto Trejos ―en orden alfabético por el apellido, para aquellos que a todo le buscan interpretación― son voces calificadas en los temas técnicos de la deuda, el déficit y la reactivación económica. Doña Pilar Cisneros es una figura conocida en el país, de opiniones siempre fuertes y ciertamente este video no fue la excepción en ese sentido. Los agrupo a ellos porque ninguno de los cinco es miembro del DemoLab. Otras dos participantes ―Silvia Castro y Maricel Sáenz― son personas que participan tangencialmente en el DemoLab, cuando hay temas en los que sus competencias y capacidades, que por cierto son muchas, se pueden beneficiar de su opinión. Alvaro Salas y yo sí somos directores ―entiéndase miembros de la junta directiva― de DemoLab.

Establezco esto con claridad porque el DemoLab, como su nombre trata de indicar, es un laboratorio de experimentos en participación ciudadana. Su misión es robustecer el contrato social por medio de una creciente participación ciudadana en las decisiones relacionadas con los fenómenos políticos, económicos, sociales y ambientales del país. Y para que esta participación sea la mejor posible, el DemoLab trata de poner a disposición de la ciudadanía información generada por expertos, instrumentos que le den transparencia a la toma de decisiones de los gobernantes, legisladores, alcaldes, ministros, etc.

La campaña “Hagamos algo, el país lo pide a gritos…” es uno de estos experimentos en participación ciudadana y nada más. El video lo que hace es precisamente poner voces expertas y de ciudadanos preocupados por la situación a informar a la ciudadanía de que se avecina un período crucial de decisiones sobre los temas del déficit, la deuda y la reactivación y que debemos estar pendientes y “pedir a gritos” lo que cada uno sienta que debe decir al respecto. La intención es claramente que muchos ciudadanos se expresen en sus redes sociales y por medios formales respecto a estos temas y así ―ojalá― suban la presión para que las decisiones que se tomen sean las mejores.

Un vídeo de esta naturaleza tiene opiniones fuertes. Doña Pilar nos dice que debemos estar alarmados y explica por qué. Los expertos —Corrales, Feinzaig, Llobet, Solís, Trejos y yo— expresamos lo que sentimos que se debe hacer o lo que se debe considerar a la hora de tomar decisiones y emitir legislación al respecto. Castro, Sáenz y Salas hacen un llamado a que se tomen decisiones pronto y no se postergue la solución, a no cometer el error de hipotecar el país y a utilizar los instrumentos legales a disposición, como es el caso de las alianzas público-privadas, para la reactivación.

Pero en esto el DemoLab solo es la plataforma para que esas opiniones surjan y estimulen una creciente preocupación y participación de la ciudadanía, ojalá informándose más y luego expresando con claridad su propia opinión.

Lo curioso y supongo que al menos para mí, inesperado, es la cantidad de interpretaciones que se le ha dado a esto. Unos lo han escogido ver como el lanzamiento de campañas político-partidarias para las próximas elecciones. Otros han dicho que se abusó de los expertos. Pero creo que todos ellos, empezando por doña Pilar, ya habíamos expresado lo que sentíamos por escrito, en entrevistas de radio y televisión, en nuestras redes sociales. En mi caso hace semanas lo vengo expresando desde este mismo espacio.

Don Ottón, por ejemplo, desde que fuera diputado ha propuesto eliminar duplicidades de la institucionalidad del Estado (proyecto C.E.R.R.A.R) y ha propuesto racionalizar y reducir los abusos en los sistemas de compensación del sector público por años. ¿Por qué sorprende entonces que él sea uno de los expertos consultados? A mí me da la impresión ―y esta es claramente mi impresión personal― de que muchos “futuros candidatos” a la presidencia se alarmaron de que don Ottón se estuviera subiendo nuevamente a la palestra electoral. Pero no se les olvide que él mismo ha dicho que no será candidato a menos que Dios se lo pida directamente, y no lo dijo porque cree que esto ocurrirá, sino como una forma terminante de decir que no se volvería a lanzar. Y yo le creo. Así que los miembros de ese grupo de precandidatos, pueden estar tranquilos.

Don Gerardo y don Eliécer han publicado cadenas de tuits, vídeos propios, y han escrito en columnas formales y redes sociales exactamente lo mismo que dicen en el vídeo. Don Alberto Trejos lo ha dicho públicamente en conferencias académicas y profesionales varias veces en las últimas semanas.

Nadie fue “embarcado” y más bien representan una interesante diversidad de orígenes políticos ―desde una arraigada socialdemocracia, pasando por socialcristianismo, y llegando al liberalismo― para que no se dijera que había sesgos ideológicos de parte del DemoLab como coordinador de la iniciativa. Tampoco se trata de implicar, como fue sugerido, que se quiso hacer ver que unos y otros se han unido con intención política. Cada uno de los que participó lo hizo por cuenta propia y a título personal, y no representando a ningún grupo político o ideología particular y menos uniéndose. Cada uno fue grabado por separado y conociendo de antemano que su opinión sería publicaba por DemoLab.

En fin, menudo relajo se armó y supongo que, si levantar opiniones de múltiples orígenes era lo que se buscaba, se tuvo un éxito relativo. Relativo porque desafortunadamente mucha de la discusión ha sido respecto a la forma y no al fondo. “La mitad” de los comentarios tienen que ver con todos estos temas de que sin don Gerardo tal cosa, o que si don Eliécer o don Ottón tal otra. La otra mitad sí han tenido que ver con el contenido: la urgencia de actuar, la deuda, el déficit y la reactivación…  Espero que con el paso de los días y conforme se aclaran estos asuntos de forma, la gente se concentre más y más en el fondo y la urgencia de los asuntos tratados.

Finalmente, comento sobre la otra iniciativa de este proceso. El ya famoso Diputómetro. Esta será una herramienta digital, que ojalá sea cubierta por medios, en la que se quiere dar trasparencia la actividad legislativa relacionada con los temas de aborda la iniciativa. Esto ya se hace de manera no continua. Por ejemplo, aquí mismo en las páginas de DelfinoCR hemos visto publicadas con total claridad los resultados de las votaciones en la Asamblea Legislativa.

El Diputómetro es lo mismo, pero además indicará asistencia a comisiones y al plenario, cómo votan, qué acciones toman respecto a los proyectos, etc., exactamente con la misma intención: darle al ciudadano mejor criterio sobre los partidos representados en la Asamblea Legislativa, sobre las fracciones, sobre las comisiones y sobre cada diputado(a).

Este nivel de transparencia nos ayudará a entender mejor quiénes nos representan, cuáles son sus valores y nivel de compromiso con temas de nuestro interés como ciudadanos y votantes; nos permitirá conocer quiénes bloquean y quiénes negocian y facilitan el avance de los proyectos, quiénes recurren al filibusterismo y otras formas de bloqueo para retrasar o bloquear leyes que las grandes mayorías aprueban. En este caso que nos ocupa, quiénes apoyarán una salida real y estructural al tema fiscal y de la deuda y quiénes preferirán dejar al país en la zozobra de la incertidumbre…

Bienvenidas sean una creciente participación y opinión de la ciudadanía, bienvenida sea la transparencia legislativa.

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