La Contraloría General de la República realizó una auditoría con el objetivo de determinar la eficacia y eficiencia del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) en la prestación del servicio de saneamiento de aguas residuales, encontrando que, entre 2016 y 2018 la Unidad Ejecutora del Programa de Agua Potable y Saneamiento (PAPS) desarrollo tres obras, ninguna de las cuales logró cumplir con el plazo y costo definido.
Dato D+: Desde el 2008 el país ha invertido $490 millones en proyectos de saneamiento de aguas residuales.
La Contraloría destacó que, en promedio, los proyectos realizados en el periodo de tiempo auditado tuvieron más de seis meses de atraso y costaron 1.482 millones más. Además, 38 modificaciones realizadas a los proyectos 11 (28.9%) correspondieron a situaciones que eran previsibles.
La Contraloría también destacó que identificó retrasos de hasta 300 días en la pavimentación lo cual “generó molestias en el tránsito y desacuerdos entre la Unidad Ejecutora PAPS, las comunidades y los gobiernos locales”.
Adicionalmente, el informe advierte que el AyA “no ha sido oportuno en prepararse para asumir la operación y el mantenimiento de la nueva infraestructura de alcantarillado sanitario, pues aún no ha definido el modelo a utilizar para dichas fases y el impacto en asuntos como la gestión de recursos humanos, materiales y adquisiciones”.
El informe también destaca que la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Los Tajos, ha venido trabajando, en promedio, a un 16% de su capacidad, siendo que según el total esperado por el AyA la planta opero con un caudal del 67,6%, 26,9%, 32,9%, 22,5% y 23,6% para los años del 2015 a 2020, respectivamente, sin embargo, en ese mismo periodo de tiempo la inversión en obras de rehabilitación y ampliación del alcantarillado pasó de $11,4 a $98,9 millones, sin que se lograra incrementar el caudal de entrada.
Dato D+: La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Los Tajos inició sus primeras etapas de operación en agosto del 2015 y en teoría tiene capacidad para tratar el agua de 1.070.000 habitantes.
La Contraloría señaló que parte de las razones del reducido caudal que entra a la planta de tratamiento, es que “el sistema de alcantarillado sanitario presenta 23 colapsos en la red, que interrumpen parcial o totalmente en flujo”, y a pesar de que 21 de esos 23 colapsos fueron identificados desde antes del 2015, no fueron oportunamente reparados.
Sobre la calidad de las aguas vertidas en las cuencas de los ríos, la Contraloría destacó que en ocho de los principales parámetros de medición, se evidenció un cumplimiento cercano al 100%, pero que en el caso de las sustancias activas al azul de metileno, el cumplimiento fue del 36.8%, por lo que la Contraloría concluye que las aguas que pasan por la planta de tratamiento salen con menos contaminantes que a su ingreso, gracias al saneamiento primario (físico-químico) pero todavía no se completa el tratamiento secundario (biológico).
Dato D+: El azul de metileno permite identificar la cantidad de jabones y detergentes presentes en el agua. El parámetro máximo de las sustancias reactivas al azul de metileno es de 5mg/l, las aguas de la Planta Los Tajos tuvieron un promedio de 4.8 (según el laboratorio de la planta Los Tajos) y 7.2 mg/l (según laboratorios externos de verificación).