Una institución de ese calibre no se puede permitir situaciones como esta”, me dijo doña Teresa ayer. “Mucho menos en circunstancias como las actuales”. Así es. Podemos reconocer y apreciar esfuerzos como el del megaoperativo de Perez Zeledón a San José para trasladar pacientes de COVID-19 o la iniciativa para ofrecer terapia virtual a quienes han perdido a un familiar por la pandemia y entender que, al mismo tiempo, es absolutamente inaceptable que las clásicas “movidas extrañas” sigan dándose año con año dentro de nuestra institucionalidad. ¡Dentro de la Caja Costarricense de Seguro Social nada menos!

El jueves pasado, el jefe de la Subárea de Gestión y Control de Compras de Bienes y Servicios de la Caja, Juan José Acuña, aceptó ante la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público que la institución pagó por adelantado $1,3 millones a la empresa MR Comunicaciones Políticas por la compra de 570.000 respiradores tipo KN-95. Aclaró que el pago se dio por instrucción de Hans Vindas Cé...