Apenas la cuarta parte de los seres vivos terrestres sobrevivió —hace 66 millones de años— al impacto de un asteroide. Se extinguieron los grandes dinosaurios, solo llegaron a nuestros días las especies que se adaptaron.
La clave de la sobrevivencia es, a fin de cuentas: ¡adaptarse! Quienes se detienen, retroceden. Las crisis depuran el mercado, es una ley natural que actúa sin contemplaciones.
Con la COVID-19 hemos tenido sectores que lograron salir adelante y otros que no, porque no pudieron seguir el ritmo tan veloz de adaptación al confinamiento, por la restricción a la movilidad y porque el modelo de negocio quedó obsoleto.
El sector bancario debió acelerar su digitalización, se vieron en la necesidad de reducir el contacto personal; con este escenario las Fintech tomaron mucha fuerza, crecieron y facilitaron los trámites cotidianos de los clientes
En marzo del 2020 SINPE móvil registró 1.2 millones de transacciones, un alza del 15,2% respecto al año anterior en la misma fecha; y en julio, hubo 4.5 millones de movimientos, cerca de ¢79.000 millones según el Banco Central.
Los pagos en establecimientos comerciales, de servicios públicos, créditos, entre amigos y familia migraron hacia lo digital, los neobancos como Wink y negocios fintech de transferencias como Kash en Costa Rica, se han posicionado este tema. Plataformas rápidas, amigables y fáciles para el usuario.
El sector tecnológico es una de las puntas de lanza, la creación de páginas web, aplicaciones móviles, redes sociales y el e-commerce —que según Kantar Worldpanel se incrementó en el 2020 al 13% de penetración en la cuarentena— crecieron para colocarse como ganadores en la crisis.
Los restaurantes y el turismo fueron los sectores más maltratados por la COVID-19. Al inicio de la pandemia Forbes Centroamérica informó que en el país disminuyeron el 80% de las ventas en estos negocios.
Entre marzo y julio se reportó la devolución de 774 patentes de restaurantes.
La encuesta del INEC —para determinar la tasa de desempleo— reveló que el 62,3% de las personas que laboran en restaurantes y hoteles fueron afectadas por el virus.
En Guanacaste se han perdido 43.430 empleos relacionados al turismo. El riesgo de contagio disminuye las actividades presenciales y estos modelos de negocio son los heridos.
Tras la crisis sanitaria llegó la económica y en el 2021 la política. En casos extremos derivará en una social; pero se llegará a ella si los empresarios dejan de “reinventarse” y de proponer soluciones creativas.
Para evitar el abismo fiscal es urgente que el gobierno realice reformas estructurales y otorgue mejores condiciones para las PYMES y los empresarios.
En medio de la devastación retoñó el espíritu empresarial, el numen que ha movido el planeta desde las primitivas sociedades de trueque, hasta las complejas relaciones que caracterizan a la economía mundial.
Innovación, creatividad, audacia y hasta picardía, fueron las tablas de salvación a las que se aferraron —desde el microempresario hasta las transnacionales más encopetadas— para sobrevivir y adaptarse o morir.
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