Ocho años atrás, la Asamblea Legislativa —a destiempo— votaba secretamente por bloquearle a Fernando Cruz Castro su reelección como magistrado de la Sala Constitucional, con el fin de enviar "un mensaje" al Poder Judicial. Dicha votación se dio de forma sorpresiva, pues la Comisión de Nombramientos había recomendado dejarlo en el puesto, y ningún diputado objetó su continuidad en la discusión en el Plenario (en realidad, nadie habló).

Cruz fue restituido en el cargo por la propia Sala IV luego que se constatara que la Asamblea se pronunció tardíamente sobre su continuidad, de modo que operó la reelección automática que los constituyentes del 49 acordaron debían tener los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en aras de garantizar su independencia ante presiones políticas.

Ocho años después de ese incidente, la historia pareció repetirse. La Comisión de Nombramientos recomendó por unanimidad mantenerlo como magistrado del Alto Tribunal costarricense; en el Plenario solo un diputa...