Por Jimena Araya – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales

El siguiente breve artículo busca basarse en aquellas experiencias expuestas por la reconocida autora Ellyn Kaschak y su libro Vista sin vista: El género y la raza en los ojos de los ciegos, el cual trata sobre las conversaciones y vivencias de la autora con sujetos no videntes dispuestos a compartir su ‘mirada’ del mundo a través de las preguntas hechas por Kaschak, para exponer temas que normalmente no se discuten con esta población. A pesar de la variedad de temas, se busca abordar uno en específico, el cual por el título puede deducirse con anticipación: la sexualidad.

La sexualidad puede definirse de distintas maneras y todos decidimos vivirla con base en un conjunto de valores, mitos, creencias o experiencias diferentes; sin embargo, existe un factor elemental que los videntes damos por sentado y que Kaschak (2015) logra explicar luego de analizar las diferencias, y este es el poder de una mirada. Aquel dicho popular de “una mirada dice más que mil palabras” lo podemos tomar como un romanticismo o un ‘cliche’, pero es más cierto de lo que pensamos e incluso la autora reconoce la dificultad que se encuentra en no solo no poder compartir una mirada, sino en la imposibilidad que tiene una persona no vidente de apreciar las expresiones faciales o las señales no verbales que se utilizan en un coqueteo.

En este resumido análisis se usarán dos ejemplos opuestos, Isabel y Samantha, dos de las mujeres no videntes entrevistadas por Ellyn, y que con dos estilos de vida y aprendizajes distintos, han llegado a vivir una sexualidad igual de opuesta.
Kaschak (2015) nos presenta a Isabel, una joven que se define como lesbiana, que lucha por presentar un lenguaje de “videntes”; y sus padres, que no aceptaban su ceguera, y desde niña le llenaron la cabeza con la idea de que algún día, si ella se esforzaba, podría ‘ver’. Isabel es soltera y, como relata, buscaba una relación con alguien vidente, pero esto no era fácil para ella, pues según explica, siempre la dejaban por el hecho de ser ciega, lo que Kaschak (2015) pone en duda; sin embargo ella tiene la habilidad de conocer fácilmente el tamaño, forma de moverse y demás por medio del tacto y su propia forma de percepción, de lo cual se comentará más adelante, luego de hablar de Samantha, el segundo ejemplo que vamos a presentar. La siguiente mujer no vidente es un caso completamente opuesto; ella es casada y a diferencia de Isabel, se mueve y desenvuelve sin hacer notar su discapacidad. De joven, Samantha estuvo en un curso de modales femeninos, donde básicamente le enseñaron cómo se comportan las mujeres, cómo caminan y cómo desenvolverse en un mundo desconocido para ella. Samantha es terapeuta y tiene un amplio historial de relaciones con hombres tanto videntes como no videntes.

Es importante resaltar, como Kaschak (2015) lo hace, que ambas mujeres ―y tantos otros en este libro― hablan del físico y hacen énfasis en la importancia de este, y se guían por él a la hora de conocer a una potencial pareja. Isabel utiliza cabello corto, porque su compañero de cuarto le dijo que esto la hacía ver “más lesbiana”. Volviendo al tema de la sexualidad, es un desafío para los no videntes desarrollar una sexualidad cuando se desenvuelven con videntes, tratar de cumplir con roles y apariencias para otros que ellos no entienden del todo, y es que ¿cómo podrían?

Esto fue una pincelada de un tema, entre muchos, que trata Kaschak en su libro, todos muy interesantes, como la raza, el género o la interacción entre videntes y no videntes. La intención no fue solo exponer el tema, sino que los lectores sientan curiosidad y lean el libro completo, y que enriquezcan su mente con experiencias de otras personas que por mucho tiempo han estado y siguen estando un poco al margen de nuestra sociedad.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Kaschak, E. (2015). Vista sin vista: El género y la raza en los ojos de los ciegos. https://
    www.dropbox.com/s/us7zojeuk9qahwm/VISTA%20NO%20VISTA.docx?dl=0