Una evaluación arqueológica realizada en el inicio de la vía San José y San Ramón, específicamente en el Conector Barreal-Castella, descubrió una zona funeraria precolombina bajo los cimientos, según informó el Fideicomiso Ruta Uno este lunes.
El descubrimiento se realizó durante las labores iniciales de movimiento de tierras y en él se recuperaron cuatro tumbas, múltiples cantos rodados, dos vasijas de barro y un pendiente de oro.
El hallazgo activó los protocolos establecidos en la Ley No. 6703 “Ley sobre Patrimonio Nacional Arqueológico” y por ello, desde ese momento, el Museo Nacional de Costa Rica tomó control de dos sitios y solicitó al Fideicomiso la contratación de profesionales en arqueología para desarrollar las evaluaciones correspondientes.
El Fideicomiso comunicó que los resultados preliminares del estudio contratado son los siguientes:
- Zona 1: área de conexión de las nuevas obras con la Ruta N. ° 1. Inicialmente se creyó que consistía en un camino precolombino construido con piedras o canto rodado; sin embargo, el estudio arqueológico arrojó que se trata de un camino más moderno, construido por el antiguo propietario de ese terreno para facilitar el transporte de la colecta de café.
- Zona 2: actual bahía de autobús en sentido San José – Alajuela, a la altura del colegio Castella. La evaluación arqueológica permitió el hallazgo de múltiples cantos rodados, cuatro tumbas, dos vasijas de barro y un pendiente de oro en forma de ave.
Para el estudio se realizó un muestreo con pozos separados por 5 metros y el resultado de esas excavaciones derivó en el hallazgo de una zona funeraria. Todos los elementos se encuentran en su etapa final de análisis.
Magdalena León, arqueóloga contratada por el Fideicomiso para la evaluación, comentó que el sitio donde se realizan las obras es multicomponente, es decir, que tuvo ocupaciones durante varios periodos, lo cual explica que se hayan encontrado elementos precolombinos de distintas fases y postcolombinos.
Por eso la excavación que se ha llevado a cabo ha sido delicada y minuciosa para poder distinguir bien esos periodos, ya que es un sitio de más o menos 100 hectáreas de extensión”.
Durante los últimos días, el Fideicomiso informó al Museo Nacional sobre los resultados preliminares de la evaluación arqueológica, donde se aseguró que ninguno de los hallazgos compromete el diseño de la obra ni las estructuras arqueológicas encontradas, ya que éstas han sido debidamente recuperadas por la arqueóloga encargada.
Según lo manifestado por Alejandro Araya, supervisor ambiental del Fideicomiso, “la empresa constructora podrá retomar las labores constructivas una vez que la Comisión Arqueológica Nacional levante la suspensión temporal que poseen los sitios en estudio, autorizando de manera oficial la continuación de los trabajos en dichos terrenos”.
De hecho, autoridades del Museo Nacional ya autorizaron la reanudación de los trabajos en el sitio de la zona 1 y la que queda pendiente es la de la zona 2.
Esta obra, que inició a fines de mayo, ya registra un avance del 54%.