Por Mireya Amaya Barreiro – Estudiante del Club de Debate
En el 2020 se enfrenta una de las crisis sanitarias con mayor afectación en la economía mundial, en comparación con otras crisis económicas anteriores, como la Gran Depresión de 2008 en Estados Unidos. La crisis del COVID-19 ha tenido un impacto global y en números ha causado mayor impacto en temas como desempleo y el Producto Interno Bruto. Posterior a la crisis económica de 2008, el desempleo aumentó un 10% paulatinamente, mientras que en 2020, entre marzo y abril, la tasa de desempleo superó el 14% (BBC News Mundo, 2020). A partir de la crisis económica, muchas personas se han visto afectadas en sus negocios personales y proyectos a futuro, sin embargo, muchas otras se han visto en una posición de liderazgo ante la crisis.
Liderazgo en medio de una crisis
La afectación de la crisis mundial ha sido de gran impacto en áreas sociales como la interacción social, la comunicación, el empleo y también en el liderazgo de las personas. Muchas personas, incluso autoridades, no estaban listas para un cambio tan repentino, sin embargo, la capacidad de accionar reside en el liderazgo. A pesar de las circunstancias, es importante recalcar que el liderazgo debe ser resiliente, es decir, adaptarse a las circunstancias actuales para poder salir adelante y, sobre todo, incentivar a las personas a su alrededor hacia objetivos y actitud de superación, tomando en cuenta todas las herramientas tecnológicas que juegan a favor de la adaptabilidad como el internet, la digitalización, globalización, plataformas de comunicación, innovación, entre otros.
¿Cuáles son las características de un liderazgo apto?
El liderazgo es un término general que se orienta a objetivos específicos. Esto quiere decir que una persona debe fundamentar su manera de pensar en un pensamiento resiliente, creativo, innovador y de búsqueda de soluciones, para que, a partir de dicho pensamiento, sea capaz de orientar objetivos más claros que pueden dar continuidad a un negocio de manera virtual, continuar sus estudios por medio de plataformas digitales, buscar una fuente de ingresos por medio del internet, entre otros.
Además de plantearse objetivos personales, una persona vuelve su liderazgo una fuente de confianza y de ayuda para aquellas personas que aún no puedan ver un camino claro en medio de la crisis global. Uno de los ejemplos más claros de la aplicación del liderazgo en términos de la crisis sanitaria mundial han sido las respuestas eficaces de emprendedores, ya que pueden orientar a las personas al seguimiento de los nuevos patrones de comportamiento sanitario (Deloitte, 2020).
En conclusión, liderar en medio de una crisis requiere un conocimiento de las circunstancias actuales y una voluntad de resiliencia a dichas circunstancias, considerando también todos aquellos factores que puedan incidir, como el cambio de roles de la sociedad y las instituciones, las nuevas demandas, y la volatilidad de la planificación. Además, es importante recalcar que el liderazgo es un cambio de mentalidad personal que es capaz de cambiar nuestro entorno. En circunstancias de la pandemia del COVID-19, es necesario contar con personas que lideren para crear soluciones viables, óptimas y confiables. El liderazgo no debe verse perjudicado por las circunstancias, sino que debe ser transformado para innovar a pesar de dichas circunstancias y seguir prosperando. Los cambios que se generen hoy serán la solución del mañana en los diferentes ámbitos en los que desee aplicarse el liderazgo resiliente.
