El arte costarricense sigue brillando en el mundo: uno de los ejemplos de ello es el del David Astorga, cantante de ópera y tenor costarricense que, en medio de la pandemia de COVID-19, triunfa en los teatros de Italia.

Con él conversamos esta semana para que nos contara cómo ha sido su camino hasta los escenarios europeos, así como el proceso de adaptación del arte a la nueva normalidad ocasionada por el coronavirus.

Pero empecemos por el principio y por el relato de cómo es que este alajuelense dio un salto al Atlántico para volar desde Poás de Alajuela, hasta la nación italiana:

Yo soy un tenor costarricense. Yo nací en Alajuela y me crié en Carrillos de Poás de Alajuela. Hice la carrera de Historia en la UNA y empecé a estudiar música ahí, en la Universidad Nacional. Luego me vine a estudiar una maestría en el Conservatorio Real de Bruselas (que es lo que viene después cuando uno pasa el conservatorio en la formación profesional de un cantante) e hice el Ópera Estudio de Flandes, en Bélgica, el de Tenerife, la Escuela de Ópera de Bologna y estuve 3 años en el Centro de Perfeccionamiento de Valencia, el centro de Plácido Domingo. Luego de eso he empezado ya con mi carrera y afortunadamente estoy trabajando en una de las agencias más importantes de aquí de Italia. El próximo viernes participaré en el Festival Verdi, uno de los más prestigiosos de Italia".

La conversación la sostuvimos en el transcurso de esta semana pero la mención anterior hablaba del Festival Verdi 2020, uno de los más importantes en suelo italiano y cuya inauguración fue precisamente este viernes 11 de setiembre, con la participación en él de este artista costarricense.

En esta ocasión el músico participará en la interpretación al idioma francés (el original) de la obra Macbeth y ese será solo el inicio del camino que espera en los próximos meses, pues posteriormente será parte de la presentación de Nemorino en el Teatro Comunale di Bologna.

Por ello Astorga señaló que:

Cantar roles principales en estos teatros significa muchísimo para un tenor costarricense, uno que siempre estuvo alejado porque en Costa Rica yo no tuve mucho contacto con la ópera por razones obvias: en Costa Rica no se hace mucha ópera".

Según el tenor, en el contexto de todo este trabajo también ha tenido que lidiar con la pandemia de COVID-19, que afectó de manera particularmente dura a la nación italiana.

El cantante asegura que aunque "con tan pocos contratos disponibles, que los teatros me sigan llamando pues es un logro enorme", la pandemia también ha presentado un reto para el arte en los escenarios del Viejo Continente:

Ha sido dificilísimo. Yo tuve la suerte de hacer en este teatro, en el Teatro Regio de Parma, 12 funciones de Rigoletto en julio pasado y eso fue recién saliendo de la cuarentena. Es una realidad completamente nueva y no nos podíamos tocar. Yo recuerdo incluso que tuvimos a la Policía en un par de ensayos controlando que no nos tocáramos, que no nos acercáramos. Fue una situación curiosa que se mantiene porque en Italia todavía hay mucha restricción respecto al tema del contacto y del uso de mascarillas siempre: las mascarillas solamente se pueden quitar en el momento de la ejecución pero en los ensayos incluso hay que mantener las mascarillas puestas.

Astorga también nos relató que en este momento, toda persona que compra un boleto para asistir a una de las presentaciones tiene que firmar dos páginas de cláusulas que señalen que no ha tenido síntomas y que conoce los riesgos, además de que aseguró que el ingreso y la salida es sumamente controlado y por número "como si fuera un avión".

Por otro lado, en Italia los teatros están cerrados y por ello las presentaciones se están teniendo que realizar al aire libre, como el caso de las que vienen en el Festival Verdi.

El músico concluyó su intervención con nosotros comentándonos que el espacio musical costarricense es amplio y cargado de talento y por eso, desde el éxito que ahora ostenta en el Viejo Continente, hizo un llamado a que tanto el Estado costarricense como la sociedad de nuestro país valoren el arte que podemos producir:

En Costa Rica todavía tenemos una visión muy atrasada sobre lo que es el trabajo cultural. Yo he sido testigo de la cantidad enorme que mueve la industria cultural, en lugares donde se sostiene a 600-700 familias en una producción teatral, así se da cuenta uno de que invertir en cultura merece la pena, de que está muy bien y de que es un gran negocio para todos. Para el país debería ser una cuestión de interés nacional invertir en cultura y en sus artistas. Costa Rice es un país que tiene demasiado talento, tanto que lo regala, y el Gobierno y la gente ya están acostumbrados a que los artistas se la busquen por su cuenta y salgan adelante por su cuenta. Yo creo que ahí es importante que el Gobierno se despabile y apoye a los artistas".