En el Café Para Tres (Cobra Kai, matices y cabeza fría) esta semana rescaté dos tuits que me topé recientemente. El primero del periodista Álvaro Murillo Murillo, quien escribió: ‘‘A veces pasa que uno tiene una opinión sobre algo un día y al día siguiente opina diferente porque lo repensó, porque alguien lo convenció, porque vio info nueva o simplemente porque sí. Y eso tampoco es malo, señores policías”.

Su observación nace en respuesta a una tendencia que actualmente amenaza con vender la falsa percepción de que todos deberíamos nacer aprendidos. Cada vez más estamos satanizando el error y cobrándole a los demás sus equivocaciones de forma desproporcionada.

De seguir así, cuando terminemos de cancelar a todas las personas que se han equivocado, habremos alcanzado la extinción de la especie mucho antes de que nos acabe el calentamiento global o la próxima pandemia. “Hace falta más amor” cantaban los Cádillacs. Siempre lo tengo presente.

Comenté entonces en el programa que me gustó el...