El Presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, anunció este lunes durante el acto cívico tradicional en Cartago cinco cosas que no llevará el futuro acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para financiar los gastos del Gobierno por los próximos años.
El Mandatario afirmó que si Costa Rica no actúa, se corre el peligro de entrar en la devaluación de la moneda, en un aumento de las tasas de interés, más desempleo y pobreza.
“La realidad hoy es muy dura, difícil y dolorosa para miles de familias por la pandemia y el desempleo que ha generado. Pero, en honor a los desafíos que enfrentaron y superaron nuestros antepasados, no vamos a perder el brío, la fuerza, el coraje y la convicción para afrontar la calamidad que trajo la pandemia del COVID-19”, indicó.
Alvarado comparó la crisis actual con la epidemia de cólera que sufrió Costa Rica en 1856, año en el que el país luchó por su independencia, "ya que no solo estamos batallando con el COVID-19 sino también contra el desempleo y contra la debilidad de las finanzas públicas acumulada por muchos años de no resolver el problema"
El mandatario enlistó las cinco temáticas polémicas que según él, no estarán incluidas en el acuerdo con el FMI que se haría público próximamente:
No se aumentará el Impuesto de Valor Agregado (IVA). No se afectará a personas con salarios menores a los ₡800 mil, sean del sector público o privado. No habrá despidos masivos de funcionarios. No iremos en venta de activos más allá de lo que ya hemos comprometido públicamente. No tocaremos las zonas francas, que son claves para la inversión y para el empleo. Nada de eso sucederá.
El Gobierno anunció meses atrás, cuando el Ministerio de Hacienda lo lideraba Rodrigo Chaves, que se valoraba vender el Banco Internacional de Costa Rica Sociedad Anónima (BICSA) y la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), o al menos concesionar esta última.
Alvarado afirmó que las negociaciones con el FMI tienen cuatro objetivos: mantener la estabilidad económica y la confianza en el país; mantener vigentes las instituciones vitales del Estado Social de Derecho; hacer más eficiente el Estado para que sirva mejor al pueblo y proteger a toda costa a las personas pobres y vulnerables, así como a la clase media.
Los distintos sectores aportarán, pero los más pudientes serán los que más apoyen en la salida de esta crisis. Solidaridad y unión son la clave