Mediante un comunicado de prensa, la Federación Rusa de Atletismo (RUSAF) anunció este miércoles el pago de la multa de 6,3 millones de dólares a la World Athletics (Federación Internacional de Atletismo) cuando faltaban tres días para ser expulsada del atletismo mundial.

Si Rusia no pagaba esta deuda quedaba expuesta a que, incluso a los atletas neutrales rusos, no tuvieran la posibilidad de competir en ningún torneo internacional avalado por World Athletics.

El pago de la deuda fue posible gracias al apoyo del Ministerio de Deportes que concedió a la Federación Rusa de Atletismo un subsidio para el desarrollo del atletismo".

El Consejo Mundial de Atletismo decidió el pasado 30 de julio expulsar a la Federación Rusa de Atletismo (RUSAF) de la membresía de World Athletics si no pagaba una multa de $5 millones y $1.31 millones en costos administrativos, antes del 15 de agosto.

En noviembre del 2019, World Athletics paralizó la selección de atletas rusos que podían competir internacionalmente al considerar que la Federación Rusa de Atletismo (RUSAF) ayudó al subcampeón del mundo de altura, Danil Lysenko, a eludir los controles antidopaje por sorpresa.

A raíz de este veredicto, World Athletics definió que la RUSAF estaba en la obligación de pagar 4,5 millones de euros, antes del miércoles primero de julio. Este monto nunca fue transferido, por lo que se esperaba que World Athletics tomara una decisión más determinante el mes pasado.

En los primeros meses del 2020, la RUSAF solicitó aplazar la fecha de pago, ya que era "difícil pagar esta suma en este momento". Esta petición fue denegada por World Athletics el 15 de junio del 2020.

La federación internacional no tiene derecho a negar la oportunidad a los atletas rusos limpios que pasen una estricta selección a través de los controles más serios para participar en competiciones internacionales, al menos, bajo el estatus neutral. En nuestra opinión despojarnos de estos derechos es una grosera violación de los principios deportivos y de los derechos de los atletas limpios".

Aunado a este veredicto de World Athletics, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) apartó a Rusia de las principales competiciones deportivas internacionales durante cuatro años por ser cómplice de una red de dopaje (diciembre del 2019). Esta decisión supone que Rusia no podrá competir en los Juegos Olímpicos del próximo año en Tokio.

El castigo de la Agencia Mundial Antidopaje se debe a datos recopilados por el informe McLaren 2016, el cual descubrió una red de dopaje deportivo patrocinada por el estado. Los resultados condujeron a diversas sanciones, incluido el hecho de que ningún equipo ruso estuviera presente en los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 en Pyeongchang, con ciertos atletas obligados a competir bajo una bandera neutral.

El documental Icarus, producido por la plataforma Netflix y ganador de un Oscar en 2017, brinda un contexto de los hechos:

Durante el veredicto del 30 de julio, Rune Andersen (encargado de hacer la investigación a Rusia) expresó su decepción porque había visto "muy poco en términos de cambiar la cultura del atletismo rusoen los últimos cinco años.

La decisión de darles tiempo hasta el 15 de agosto se dio porque el nuevo ministro de Deportes de Rusia, Oleg Matytsin, envió una carta prometiendo pagar la multa antes de esa fecha.

Hacer el pago de $6.3 millones le permitirá a Rusia inscribir solo 10 atletas (bajo bandera neutral) para los eventos de la Serie Mundial de Atletismo y los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, según lo estipulado por el Consejo Mundial de Atletismo este año. RUSAF deberá presentar antes de final de mes un plan de reforma profunda.