El presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, anunció este miércoles (hora local) en un comunicado televisivo su renuncia al cargo, horas después de que militares rebeldes lo detuvieran en un golpe de Estado en su contra.

Según reportó la Voz de América el comunicado televisado fue transmitido poco después de la medianoche, se prolongó por cuatro minutos y en él, Boubacar vestido con una prenda tradicional y su reconocida gorra declaró:

Me gustaría en este preciso momento, mientras agradezco al pueblo maliense su acompañamiento durante estos años y la calidez de su cariño, anunciar mi decisión de dejar mis funciones, todas mis funciones, desde este momento. Durante siete años tuve la felicidad y la alegría de intentar poner a este país en pie lo mejor que pude

Boubacar de 75 años afirmó que no siente ningún odio.

La Voz de América afirmó que el ahora expresidente habló desde lo que parecía ser una oficina, llevaba mascarilla y el ángulo de cámara usado en su discurso hacía imposible saber si había otras personas en la habitación.

Los primeros reportes de lo acontecido en Mali señalaban un motín en la base militar de Kati, en las afueras de Bamako. Horas después se reveló que los militares estaban intentando tomar el poder, y que el Presidente y su primer ministro habían sido "arrestados".

En su discurso, Boubacar anunció además la disolución de la Asamblea Nacional y el gobierno, dio a entender que no tenía otra opción y lamentó no haber podido "enderezar" al ejército.

No deseo que se derrame más sangre por mantenerme en el poder. ¿Tengo acaso otra opción?

La prensa internacional reportó que, hasta el momento, los golpistas no han emitido ninguna declaración de intenciones ni comunicado alguno para explicar cuáles son sus objetivos. Tampoco han designado hasta el momento a un líder que asuma la jefatura del estado en este momento crítico, aunque se espera que lo hagan en las próximas horas.

Boubacar asumió la presidencia de Mali en septiembre de 2013. En las últimas semanas se registraron manifestaciones multitudinarias reclamando su dimisión debido a la incapacidad demostrada para hacer frente al incremento de la violencia yihadista a manos de las filiales de Al Qaeda y el Estado Islámico, la cual ha potenciado también violencia de tipo comunitario que enfrenta esencialmente a los que se identifican con los terroristas y otros grupos étnicos.