Es un hecho que la producción audiovisual de un país provee es un reflejo de su cultura tanto para su propia población como para el resto del mundo. En Costa Rica, la atención se ha puesto principalmente en torno a la realización de cine, tanto de ficción como de documental, ya que su calidad creciente ha ido dejando huella en festivales de prestigio internacional.
Sin embargo, la producción audiovisual tiene una rama que, aunque aún no ha brindado tales reconocimientos, sí ha tenido tal vez un mayor alcance al generar oportunidades en el mercado internacional tanto para la mano de obra como en la creación y distribución de propiedades intelectuales autóctonas. Dicha rama es la que conocemos como animación digital.
Resulta ser que la demanda global de animación es tan alta que ni los más grandes estudios dan abasto en su producción, y terminan por lo general subcontratando estudios menores de diferentes países que estén en capacidad de proveer apoyo en diferentes áreas específicas de la realización total de un producto. Esta alta demanda ha puesto ojos en Costa Rica, provocando con esto que en la última década se hayan fundado cerca de sesenta y dos estudios dedicados a la animación digital, ya sea en 2D o 3D, además de por lo menos tres escuelas de animación por instituciones públicas y privadas: Universidad Veritas, CETAV y el INA.
De acuerdo con la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER), el sector de animación muestra la capacidad para realizar productos de exportación, rescatando además que “a pesar de ser considerado pequeño, genera más de 500 empleos directos”. Esto se debe en buena parte a que el sector de animación ha sabido acuerparse como un gran gremio que responde en espíritu de colaboración entre estudios, donde lejos de caer en una innecesaria competencia, se reconocen entre sí las fortalezas que cada uno pueda aportar a una producción en común.
Y nótese que la proyección de PROCOMER es específicamente hacia empleos directos, cuando habría que además hacer notar la gran cantidad de empleos que resultan por encadenamiento, al tener que contratar no solamente animadores, sino también a guionistas, actores para voces, ilustradores, músicos, sonidistas, editores, entre otros que también son del rubro de la producción audiovisual en general.
Sumando a la mencionada demanda por parte de estudios reconocidos, se juntan dos ventajas más que, sin proponérselo, van una de la mano de la otra: las nuevas plataformas de streaming y la actual pandemia.
Por un lado, las plataformas de streaming están comprando e invirtiendo en la creación de contenido a como dé lugar. Y aparte de que son cada vez más las opciones que hay, estas plataformas han dado por efecto que los modelos narrativos tengan que cambiar; modelos para los que la animación está más lista a responder por su propia naturaleza de producción, siendo esto lo que precisamente se amarra con la crisis actual.
Aunque algunas producciones cinematográficas alrededor del mundo han ido retomando sus filmaciones con las medidas necesarias para evitar contagios masivos en los rodajes, lo cierto es que la animación genera ventajas en este sentido, al ser algo que se puede realizar mayormente desde casa, con cada equipo de trabajo siendo supervisado a través del internet. Después de todo, el teletrabajo no es nada nuevo para una industria que se ha movido a distancia por años, coordinando a veces trabajo en distintas partes del mundo.
Precisamente ya algunas creaciones costarricenses se han estrenado, o están prontas a estrenar, en algunas de estas plataformas de streaming internacionales, como lo son las series animadas de MARÍA PÉREZ vs LOS SUPERHÉROES, A VISTA DE PÁJARO, LAS AVENTURAS DE TÍO CONEJO y TREMENDAS LEYENDAS, LAS AVENTURAS DE TRICOLÍN, SIBÚ Y EL ZORRO PLATEADO, entre otras. Importante mencionar que la mayoría de estas series fueron realizadas gracias al fondo de producción audiovisual EL FAUNO, otorgado por el Centro de Cine, quienes han reconocido el impacto de este tipo de producciones dentro del desarrollo de la industria nacional.
Cabe destacar que todas estas series tienen en común a parte de la cultura costarricense como elemento narrativo principal en su diversidad temática, pero sin perder el enfoque universal para llegar a un mercado más general. De esto último está muy consciente Ruth Angulo, ilustradora por excelencia de libros infantiles y enamorada de nuestros mitos y de nuestras tradiciones, y que mediante su estudio Casa Garabato ha incursionado recientemente como directora de los proyectos animados “Las Aventuras de Tío Conejo” y “Tremendas Leyendas”.
De estos dos proyectos, “Tremendas leyendas” está próximo a estrenarse en la plataforma de streaming colombiana Boonet (www.boonet.co) , en un evento digital gratuito que han llamado LA SEMANA DE ANIMACIÓN DIGITAL, a llevarse a cabo entre el 24 y el 28 de agosto, y donde precisamente figura Costa Rica como país invitado.
Además de presentar la serie de Ruth Angulo, se podrán ver también otras creaciones por estudios nacionales y de alumnos de las tres escuelas mencionadas anteriormente en este artículo; brindando así la oportunidad de mostrar talento costarricense en Colombia, un país con el que compartimos muchísimo culturalmente hablando.
Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.