Hoy más que nunca el Gobierno requiere recursos para la atención de la pandemia, sin dejar de lado la tarea obligatoria de una revisión integral de los gastos del Estado y la reestructuración de un estado ante un país cada vez más pequeño desde el punto de vista empresarial y con una necesidad de un estado minimizado y más eficiente.

Se ha señalado por parte de la OCDE, en el último informe de Costa Rica, que se requiere realizar el cobro de impuestos a cooperativas, aguinaldo, salario escolar, incrementar los impuestos actuales. No obstante, este asunto no tiene un buen ambiente político y suena bastante ingenuo creer que esta va a ser la forma de obtener más recursos por parte del Estado, lo anterior considerando la presión que está sufriendo la población ante la situación económica.

Los modelos de impuestos actuales deben tomar un giro de timón y valorar quiénes son los grandes ganadores ante la situación actual. Se ha señalado que el cobro del IVA de servicios digitales transfronterizos se trasladó para el mes de octubre del presente año, lo curioso de esto y algo en lo que la OCDE ha sido cauta por la guerra diplomática que ha creado entre sus propios miembros, es el impuesto a estas empresas de servicios digitales, lo anterior debido a que existe gran interés de Estados Unidos en proteger ciertas empresas.

No obstante, lo anterior ha generado una gran discusión sobre el tema considerando básicamente dos elementos:

  1. Un nuevo concepto de establecimiento permanente, lo anterior considerando las acciones BEPS, ya que es demasiado notorio como estas empresas de servicios digitales tales como Netflix, Uber y algunas otras han logrado generar un negocio en los diversos países sin tener una presencia física pero que implican una manifestación de riqueza de tal forma que el antiguo concepto de establecimiento permanente debe ajustarse a esta nueva forma de hacer negocios.
  2. El reto de hacer tributar a estas empresas debido a las limitaciones prácticas y a los modelos antiguos de impuestos a beneficios que se basaban en una estructura física que se organizaba para generar ingresos y gastos asociados al desarrollo de actividades. En la nueva realidad lo que tenemos es que estas empresas generan ingresos en cualquier parte del mundo, pero su estructura de costos no está ligada físicamente a estos ingresos.

No obstante, algunos países ya están dando pasos para dar respuesta a estos nuevos desafíos fiscales y a esta nueva realidad de economía digital.

La India en el 2016 introdujo en su normativa un equalization tax que es una retención del 6% a algunos servicios específicos, especialmente focalizados a anunciantes, sin embargo, se puede extender a otros servicios. En Italia se encuentra en trámite un impuesto denominado “I'Imposta suir servizi digitali” que consistiría en un 3% sobre cualquier transacción digital, Reino Unido igual introdujo un impuesto del 2% a ciertas empresas de servicios digitales según la presencia que tengan en Reino Unido.

Lo anterior se fundamenta bajo el precepto de que estas empresas paguen impuestos donde exista una interacción significativa con los usuarios a través de canales digitales, lo anterior bajo un nuevo precepto basado en un nexo de concepto de presencial digital significativa, esto sería la introducción a un concepto de un establecimiento permanente virtual.

Este impuesto a las empresas de servicios digitales busca ajustar la normativa a la nueva realidad de economía digital y lograr una mayor justicia tributaria, lo anterior por que parece bastante injusto que algunas empresas no teniendo opción por el modelo de negocios tienen que tributar en el país donde se encuentra bajo la manifestación de riqueza, pero estas empresas por el modelo desmaterializado de operar no se ven obligadas a la tributación sobre la generación de rentas. Pero aquí está la focalización del Estado en crear nuevos impuestos sin la necesidad de cargar estas imposiciones a los mismos participantes de siempre, ya que lo usual en nuestro país es que los platos rotos en materia fiscal los terminen pagando los empresarios formales, sobre los que de forma recurrente recae un martillo, usando el termino de moda.

Asimismo es permitente considerar que hoy más que nunca se ve una desaceleración en las actividades ordinarias, el consumo del combustible a nivel mundial ha caído un 75%, lo que implica que la recaudación de este impuesto se disminuye en una proporción similar. La CIAT ha señalado en su reporte de recaudación de COVID-19 a julio del 2020, la caída abrupta de la recaudación de impuesto, en el caso del impuesto sobre la renta de abril del 2020 en relación al mismo mes del año anterior han disminuido en un promedio de 24.81% en un promedio de 16 países, el IVA no es muy diferente donde la recaudación ha caído un 23.91% con algunos casos dramáticos como  Panamá, con una disminución de un 62.08%.

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