Por Valery Barillas – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
Resulta incuestionable hoy día que una de las mayores conquistas políticas realizadas por nuestros líderes de antaño fue el reconocimiento del sufragio como mecanismo de garantía para la elección de los gobernantes, facilitando con ello además la posibilidad de aspirar en igualdad de condiciones (Herrera y Villalobos, 2006, p. 2).
Muchos costarricenses no entienden la importancia del voto, a pesar de que desde muy pequeños nos enseñan que este ha sido uno de los mayores logros que ha alcanzado el pueblo de Costa Rica. Es la forma en la que los “ticos” se hacen escuchar, la manera en la que se muestra la necesidad que hay por un país mejor. Para poder mejorar, se debe hacer algo, votar, informarse sobre esto.
El derecho al voto no excluye a las personas por su género, como pasa en otros países, y esto se ve reflejado en el Artículo 2 del Código Electoral: “La participación política de hombres y mujeres es un derecho humano reconocido en una sociedad democrática, representativa, participativa e inclusiva, al amparo de los principios de igualdad y no discriminación.” (1946)
Es decepcionante ver cómo el país se ve ingratamente cubierto por una ola de abstencionismo, el cual estuvo más que presente en las últimas elecciones del 2020. El comportamiento electoral, según el periodista Luis Manuel Madrigal, en una publicación del periódico digital Delfino.cr, en las elecciones municipales del 2020, el abstencionismo fue de 62,19%; una cifra que debería alarmar al país completo. A pesar de las grandes propagandas que se hacen para que todos los mayores de edad se animen a votar, en los resultados finales se nota el poco interés que hay sobre esta obligación que debemos tener todos los ciudadanos del país.
En las elecciones presidenciales del 2018, a pesar de que el porcentaje de abstencionismo fue menor, siguió siendo grande. Según las Estadísticas del Sufragio del Tribunal Supremo de Elecciones, el porcentaje de participación electoral en las elecciones del 2018 fue de 65,7%; un gran porcentaje de personas quedó fuera de las elecciones. A diferencia de las elecciones municipales, en las presidenciales los costarricenses votan por el erróneo pensamiento que hay sobre la “mayor” importancia que tienen estas. Esto denota la poca información que hay al respecto.
Es importante entender que el punto de votar es no dejar que solo ciertos grupos sociales tomen las decisiones, y a su conveniencia, ya que en tiempos pasados esto sucedía, por lo cual, las personas exigían tener una mayor participación en la elección de los gobiernos. Las mujeres empezaron a tener mayor participación en el gobierno y este hecho es algo que todavía en muchos países no es algo real, como se mencionó anteriormente. Todos estos puntos deben hacer conciencia entre las personas.
Finalmente, como se puede observar en la primera frase expuesta en este artículo, Costa Rica, al igual que muchos países, pasó por grandes luchas de muchas personas que deseaban tener una voz que pueda ser escuchada, una voz que pueda ser tomada en serio. Como solución debemos considerar que la mayor arma que tenemos las personas contra la ignorancia es la divulgación de la información veraz. Hay que tratar de educar a las futuras generaciones para que estas vean que el esfuerzo que nuestros antepasados hicieron no fue en vano.
No hay ninguna otra manera por la cual esta situación se pueda resolver, porque todo el problema se basa en la ignorancia de las personas. El futuro del país está en nosotros y, a pesar de que la desinformación es algo que siempre va a prevalecer, es nuestro deber combatir contra ella.